jueves, octubre 29, 2015

"Incólume. Bodegones del Siglo de Oro" en el M.N.A.C.


Antonio Ponce. 
El mes de mayo, c. 1635-1640

Incólume. Bodegones del Siglo de Oro presenta un conjunto extraordinario y en su mayoría inédito de bodegones y jarrones de flores de artistas del siglo XVII.

Las 19 pinturas, procedentes de una colección privada, ingresaron en el museo como un depósito por cinco años. Una vez finalizada la exposición se incorporarán a la nueva presentación de la colección del arte del Renacimiento y Barroco que se inaugurará en 2016

Estas obras enriquecen la colección de bodegones del M.N.A.C. y completan lagunas, haciendo que gane en calidad artística, en subgéneros, tipologías y en variedad de autores, todo ayudando a completar una visión panorámica de la pintura del Siglo de Oro. La exposición presenta obras de siete pintores que hasta ahora no estaban representados a la colección: Juan de Arellano, Antonio Ponce, Juan de Espinosa, Tomás Hiepes, Agustín Logón, el Maestro de Stirling-Maxwell y el Maestro de las Vanitas escritas, además de Pedro de Camprobín y Juan van der Hamen, de quien el museo ya contaba con otras obras.

Juan van der Hamen. 
Cardo con cesta de manzanas, zanahorias, cidra y naranjas colgadas, 1622

En los cuadros podemos observar la disposición de los diferentes elementos ordenados de forma agradable a la vista. Desde la despensa rústica de una casa de campesinos, que pretende informar de la vida sencilla de la gente humilde, hasta una mesa preparada con una representación minuciosa de los objetos, para una clientela selecta que quería mostrar su ajuar. También hay lugar para el subgénero de los jarrones con flores, con su vertiente decorativa y simbólico, así como una vanitas que reflexiona sobre el carácter transitorio de la existencia. Se trata de un mundo donde el tiempo parece que no ha pasado, porque la composición ha quedado inalterada, intacta, quieta, muerta. La vida se ha parado, y la belleza permanece incólume.

Juan van der Hamen. 
Bodegón con cesta de fruta, c. 1622-1623

Los bodegones realizados durante el Siglo de Oro están estrechamente relacionadas con el pensamiento, la poesía y el teatro de la época, y no surgen únicamente de la experiencia estética de la pintura. Son la culminación de las tendencias realistas del norte de Europa y fruto del humanismo renacentista.

Se caracterizan por su austeridad y sobriedad para presentar composiciones organizadas de manera simétrica. Hasta hace pocas décadas eran consideradas como simples elementos decorativos, a menudo, eran ignoradas en la historia de la pintura. Pero más allá de la representación de los alimentos de una cocina o de los cuadros de flores con que se ornaban los altares, estas obras transcienden el contexto cotidiano y acontecen obras con un fuerte mensaje simbólico, relacionado con el contexto histórico y moral en qué fueron creadas.

Cada elemento, los diferentes tipos de frutas y flores, tiene un significado simbólico, y las diferentes composiciones aluden a temas como el Carpe Diem, el paso del tiempo y la muerte. Son una experiencia estética basada en la contemplación de lo cotidiano que apela no sólo a la vista sino también al resto de los sentidos, especialmente al gusto y al olfato, así como a la memoria.

Mestre de Stirling-Maxwell
Bodegón con cesta de frutas, calabaza y uvas, 1615-1625

Una de los bodegones más tradicionales es la despensa de una casa de campesino. Una composición agradable a la vista donde se disponen una serie de productos de manera ordenada o medio improvisada. Detrás de estas escenas se esconde el mensaje, a menudo mitificado, de la vida sencilla y tranquila que llevaban los campesinos.

Juan Van der Hamen
Bodegón con frutas y jarra, 1626 

Una versión modernizada del concepto de la despensa rústica son las estanterías escalonadas de Van der Hamen. Una novedad quizás producida con la llegada a Madrid del erudito Cassiano dal Pozzo, en 1626, quien conocería los comentarios de Plinio el Viejo sobre obras similares de la antigua Roma.

Tomás Hiepes
Bodegón con frutas y jarrón con flores, 1645-1650

En otra variante de bodegón la despensa pasa a la mesa, junto con los alimentos se representan ricos objetos del ajuar doméstico, a veces incluso jarrones de flores. Un subgénero que responde al gusto de una clientela con poder adquisitivo alto, que con este tipo de pinturas quiere mostrarlo al mundo.

Tomás Hiepes
Bodegones circulares, 1649

Un formato innovador para la pintura española de mediados de siglo XVII son los bodegones donde un paisaje atmosférico sirve de telón de fondo para frutas y verduras. Derivados del mundo flamenco e italiano, fueron usuales en los llamados bodegones de temporada, vinculados a las estaciones del año.

Maestro de las vanitas escritas
Vanitas, 1650

La vanitas ilustra una reflexión sobre la fugacidad y vanidad de la vida mediante la representación de objetos que aluden al carácter transitorio de la existencia humana. Aparecen símbolos relacionados con el deseo de ser alabado (por la riqueza, el poder o el conocimiento) y otros referidos a los placeres terrenales o los vicios.

Pedro de Camprobín 
Plato de higos, 1659

Las pinturas de pequeño formato, donde vemos un plato o una cesta con fruta, raramente son obras autónomas. Habitualmente, acostumbran a ser un esbozo preparatorio o un recorte de un bodegón (o de un episodio historiado) de medidas más grandes; por lo tanto, constituyen un detalle de una composición superior

Juan de Arellano
Cesta con flores, 1670

Un subgénero importante y comercial fue el dedicado a los jarrones de flores, con pintores especializados en este ámbito. Son obras que describen con detalle tanto las plantas como el recipiente que las acoge, con una clara vertiente decorativa. A menudo también se pueden esconder algunas interpretaciones simbólicas.


+Información:

http://www.museunacional.cat/ca

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Les natures mortes no han estat mai sant de la meva devoció- Tot i que reconec que aquesta barreja de simbolisme i costumisme té el seu interès, artísticament no acabo de connectar sensiblement amb elles. No coneixia aquests artistes.

El Deme dijo...

Personalmente las naturalezas muertas son cuadros que me deprimen. Son frutas olvidadas, vasijas arrinconadas, mesas sin organizar. Sé que es un estilo pictórico muy apreciado. Y que hay pintores estupendos, pero es un arte que me incomada.