viernes, junio 27, 2014

"Laelius, De Amicitia", Cicerón



En "Laelius de Amicitia", (en línia aquí), Cicerón nos conduce a través de un largo diálogo sobre la naturaleza de la amistad. Diálogo entre Gaius Laelius y sus hijos y amigos, Laelius reflexiona sobre Escipión el Africano, su estimado amigo que acaba de morir. Los personajes hablan de la naturaleza de la amistad, lo que hace un buen amigo y como estos se lamentan cuando se pierde a un amigo.
[3] Si negara que yo me conmuevo por nostalgia de Escipión, cuán rectamente esto yo haga, los sabios habrán de ver; pero ciertamente mentiría, Pues me conmuevo privado de un amigo de tal clase cual , según creo, nadie nunca será, según puedo confirmar, nadie ciertamente fue; pero no necesito medicina yo mismo me consuelo y especialmente con el alivio que carezco de aquel error por el que muchos suelen angustiarse por la muerte de los amigos. Pienso que nada malo le sucedió a Escipión; si algo malo le sucedió, a mi me sucedió; pues angustiarse gravemente por sus propias desgracias es propio del que ama no al amigo sino a sí mismo. [...]

[6]  Pues la amistad no es otra cosa a no ser el acuerdo de todas las cosas divinas y humanas con benevolencia y amor; ciertamente no se si, exceptuando la sabiduría, algo mejor que esta por los dioses inmortales. [...]

"La amistad" es el más alto regalo para el hombre, más alto que el amor marital. Cicerón describe la amistad no como una necesidad sino como una parte fundamental de la naturaleza humana. Afirma que el amor de un padre por un hijo es la forma primordial de toda amistad, un padre ama verdaderamente a su hijo "como un otro yo", de acuerdo con la definición de Aristóteles. Pero él va más allá para hablarnos de la amistad entre hombres, citando a dos héroes como ejemplo:

[8] Por lo cual, la amistad me parece más bien surgida de la naturaleza que de la indigencia, más por la aplicación del espíritu con un cierto sentido de amar que por el pensamiento de cuánta utilidad aquella cosa va a tener. De qué clase es ciertamente esto, incluso entre ciertas bestias puede advertirse, las cuales de tal modo aman, un cierto tiempo, a los nacidos de ellas y son amadas por éstos de tal modo que su sentimiento aparece fácilmente. Esto en el hombre es mucho más evidente, primero por aquel afecto que hay entre hijos y padres, que no puede romperse a no ser por un crimen detestable; luego cuando surgió un sentimiento de amor semejante, si hemos encontrado a alguien con cuyas costumbres y naturaleza coincidimos, porque nos parece percibir en él como alguna luz de probidad y virtud.

Nada hay en efecto más amble que la virtud.nada que incite más a amar, porque ciertamente amamos, de algún modo, a causa de la virtud y probidad también a aquellos que nunca vimos. ¿Quién hay que no mencione el recuerdo de C. Fabricio y M.Curio, a quienes nunca vio con algún afecto y benevolencia?. [...]

Para los antiguos, tanto semitas como greco-romanos, el amor conyugal no es el amor central, vieron la amistad entre dos hombres como algo superior al amor relativo a la esposa. En épocas posteriores, tras la decadencia de la civilización grecoromana, esta exaltación del amor entre persones del mismo sexe fue pervertida, relacionándola con relaciones pedófilas.
Cicerón dirá que esta amistad supera todas las otras realiciones e incorporará la definición de Aristóteles, la cual indica que es la única que puede sostener al hombre:
[7] Por un lado,  la amistad contiene muchísimas y grandes ventajas, por otro supera ciertamente a todas, porque hace brillar una buena esperanza para el futuro y no permite que los espíritus se debilitan o decaigan. pues quien contempla a un verdadero amigo, contempla como un retrato de sí mismo. [...]

[27] Para mi ciertamente Escipión, aunque me ha sido arrebatado súbitamente, sin embargo vive y vivirá siempre [...]




3 comentarios:

Leopold Estapé dijo...

Desconeixia aquest text.
Ciceró, a part d'escriure un llatí que ni els seus contemporanis entenien bé del tot, és una ment lúcida. Ell i el jove Pompei van créixer junts i, segurament, van saber molt d'aquest tipus d'amistat entre homes.
Ciceró no hauria estat gaire amic de l'Africà, com tampoc ho va estar de César, al que no va tenir cap problema d'acusar d'haver estat sodomitzat per Nicomedes, possiblement amb més ganes d'enfonsar al seu gran rival polític.

Anónimo dijo...

Vaig llegir aquesta obra de Ciceró ara fa 40 anys. Probablement alguna cosa bona em va deixar.

Sébastien Paul Lucien dijo...

Solo tu para evocar con tanta dedicacion la gran, aventura del pensiamiento antico, gratiam habeo !