jueves, noviembre 14, 2013

Las armas de Príapo

 

Fresco de Príapo c.65 - 79 d.C.
Casa dei Vettii, Pompeya
Parco Archeologico di Pompeii, Napoli

Príapo, dios de la fertilidad de origen frigio (Asia Menor) cuyo culto se propagará a lo largo de todo el mundo helenístico. Representado con enormes genitales, aseguraba la fertilidad y la buena fortuna. Príapo era el protector de los jardines, viñedos y huertos, y su estatua sirvió tanto de espantapájaros como de guardián de las divinidades.
 
Príapo, Casa dei Vettii. (c. 65-79 a.C)
tipo fuente itifálica. 
Museo Archeologico Nazionale di Napoli
 
Príapo Además era el patrón de todos los necesitados de suerte, especialmente los hombres y mujeres en busca de la satisfacción sexual. A pesar de que generalmente, en cuanto a sus gustos, se representa como heterosexual, Príapo contaba entre sus devotos hombres que se sienten atraídos por otros hombres.

Siglo I a.C, Tarraco. 
Museo Arqueológico de Tarragona

Obscuro poteram tibi dicere: 'da mihi quod tu
Des licet assidue, nil tamem inde perit.
Da mihi, quod cupies frustra dare forsitan olim,
Cum tenet obsessas invida barba genas,
Quodque Iovi dederat, qui raptus ab alite sacra
Miscet amatori pocula grata suo,
Quod virgo prima cupido dat nocte marito,
Dum timet alterius vulnus inepta loci.'
Simplicius multo est 'da pedicare' Latine
Dicere: quid faciam? crassa Minerva mea est.

Podría decírtelo con rodeos: “Dame eso que puedes dar una
y otra vez sin agotarse”; “Dame eso que tal vez desearás
inútilmente dar cuando una barba desagradable pueble tus mejillas”;
“Dame lo que a Júpiter dio Ganímedes, quien,
arrebatado por el águila sagrada, ahora escancia agradable
néctar a su amante”; “Dame lo que la recién casada ofrece a
su marido la primera noche, para evitar que se le desgarre
la otra parte”. Pero más sencillo será decírtelo claramente:
“Deja que te dé por culo” ¡Qué voy a hacerle!
Así de bruto soy.

Estatuilla antropomórfica en mármol blanco con forma de falo (siglos I-III d.C.)
Museo Arqueológico de Tarragona.

Príapo de Pompeya. (c. 89 a.C-76 d.C.)
Pintura al fresco. 
Museo Archeologico Nazionale di Napoli

Igualmente importante fue la capacidad de Príapo para alejar el mal de ojo. Amenazó a malhechores potenciales con la penetración forzada, una experiencia dolorosa teniendo en cuenta el enorme tamaño de su falo. La gente común llevaba el amuleto fálico de Príapo y decoraban sus casas con imágenes de su pene erecto.


Quam puero fertur legem dixisse Priapus,
Versibus haec infra scripta duobus erit:
Quod meus hortus habet, sumas impune licebit,
Si dederis nobis quod tuus hortus habet.

En dos versos se resume la ley que, según cuentan,
Priapo impuso a los muchachos: “Puedes tomar
tranquilamente lo que hay en mi huerto, siempre y
cuando yo también pueda conseguir lo que hay en el tuyo.”

Priapo, Periodo Imperial 170-240 d.C.  
Museum of Fine Arts, Boston
 
Príapo comúnmente es representado desnudo o sosteniendo productos de la huerta con su manto, que se levanta para revelar su pene. Una gran pintura de la Casa de los Vettii (Pompeya) retrata a Príapo pesando su falo contra un saco de monedas. La misma casa contiene una fuente escultórica con la forma de Príapo, de cuyo falo brotaba el agua. La iconografía de esta divinidad se mueve de forma humorística entre lo sagrado y lo grotesco.

Príapo, s.I d.C.
Procedencia: Antequera, Málaga
Museo Arqueológico Nacional, Madrid

Cur obscena mihi pars sit sine veste, requiris:
Quaere, tegat nullus cur sua tela deus.
Fulmen habet mundi dominus, tenet illud aperte;
Nec datur aequoreo fuscina tecta deo.
Nec Mavors illum, per quem valet, occulit ensem;
Nec latet in tepido Palladis hasta sinu.
Num pudet auratas Phoebum portare sagittas?
Clamne solet pharetram ferre Diana suam?
Num tegit Alcides nodosae robora clavae?
Sub tunica virgam num deus ales habet?
Quis Bacchum gracili vestem praetendere thyrso,
Quis te celata cum face vidit, Amor?
Nec mihi sit crimen quod mentula semper aperta est:
Hoc mihi si telum desit, inermis ero.

Me preguntas por qué llevo mis partes sin cubrir;
date cuenta de que ningún dios oculta nunca sus armas.
El señor del mundo muestra abiertamente sus rayos; el dios del mar no oculta su tridente.
Ni Marte esconde la espada que le da valor ni la intrépida Palas se guarda la lanza entre la ropa.
¿Es que se avergüenza Febo de sus flechas doradas?
¿Esconde acaso Diana su carcaj?
¿Y Alcides su mazo lleno de nudos?
¿Acaso tapa el dios alado el caduceo con la túnica?
¿Quién ha visto a Baco ocultar bajo la ropa su ligero tirso?
¿Y quién te ha visto a ti, Amor, sin tu antorcha visible?
De modo que no será un crimen tener el pene siempre al descubierto;
sin él me encontraría inerme

El Príapo de Hostafrancs, s. II d.C. 
Museo de Arqueología de Barcelona

Dentro de la mitología de Príapo podemos resaltar con dos cuentos notables:

Lotis

En los Fastos de Ovidio (Ovidio Fasti 1.391 y ss.), la ninfa Lotis cayó dormida ebria en un banquete, y Príapo aprovechó esta oportunidad para intentar violarla. Con sigilo se le acercó, y justo cuando iba a abrazarla uno de los burros de Sileno (anfitrión del banquete) alertó al resto de invitados con estridentes rebuznos. Lotis se despertó y rechazó a Príapo, pero su auténtica salvación fue ser transformada en flor de loto. Para hacerle pagar por estropearle esta oportunidad, Príapo mató al burro. Esta anécdota servía para explicar por qué en la ciudad de Lámpsaco, donde Príapo era adorado entre la descendencia de Hermes (Higinio, Fábulas 160), se sacrificaban burros como libación.

Pompeya, Lupanar, s.I d.C.

Príapo y los asnos

Otra historia cuenta como Hestia que fue avisada por un burro cuando Príapo iba a violarla (motivo por el cual en la fiesta de Hestia se coronaban a los asnos con flores). Otra leyenda cuenta la pelea que Príapo tuvo con un asno (al que Dioniso había concedido el don de la palabra) sobre el tamaño de sus respectivos miembros viriles. Príapo ganó y mató al asno, aunque luego sintió pena y lo subió a las estrellas (Higinio, Astronómica 2.23).

La Festín de los dioses (1514)
Giovanni Bellini 
Galeria Nacional de Arte, Washington D.C.

Nacimiento de Príapo (1620-23)
Nicolas Poussin 
The Royal Collection, Londres

Centaur (Priapus), 1950
Pablo Picasso
Hirshhorn Museum and Sculpture Garden (Washington D.C.)

Pero su representación no ha quedado ceñida a la antigüedad, sino que ha recorrido la imagineria creativa a largo de la historia como demuestra esta pequeña selección, como los post-clásicos de Príapo, La Fiesta de los dioses de Giovanni Bellini (1514), en la que se representa a Príapo levantando la túnica de Lotis. También el dibujo del nacimiento de Príapo por Poussin (1620-1623) y la escultura de bronce del dios de Picasso (1952) y como no esta inhiesta y orgullosa escultura de Man Ray.

Priapus, 1972 
Man Ray 
 
+Información


7 comentarios:

SEBASTIEN PAUL LUCIEN PHOTOGRAPHIE dijo...

Un maravilloso gabinete secreto se abrio en tu pagina siempre bien documentada ! y con poesia textual ademas !

Anónimo dijo...

"Enhiesto surtidor de sombra y sueño".

Moisés dijo...

No conocía la ojeriza de Príapo hacia los burros!!!! Muy interesante y documentado, como siempre!!!

MM de planetamurciano dijo...

El mundo era tan feliz, tan libre, tan desprejuiciao hasta que llegaron los cristianos...
Cuando uno recorre ruinas y museos arqueológicos es imposible no caer en la cuenta de todo eso al verlos llenos de homenajes a Priapo.

senses and nonsenses dijo...

los dioses antes eran mucho más divertidos.
...creo que yo tb soy un poco devoto de Príapo.

Uno dijo...

Desde Grecia, hace muchos años, me enviaron una postal con una estatua de Priapo y un mensaje reconciliador. Desde entonces conservo esta estampita como una auténtica reliquia.
Creo que voy a volver a leerla no sea que lo entendiera mal.
Estipenda entrada

Conde N E Vega dijo...

Muy buena publicación!!! Muchas gracias!!!