lunes, abril 13, 2009

Inocencio X ¡Troppo Vero!



Diego Velázquez, 1650.
Óleo sobre lienzo, 140 cm × 120 cm 
Galería Doria Pamphili, Roma

Miro los retratos de Bacon y me sorprende que, pese a su «distorsión», se parezcan todos a su modelo. Pero ¿cómo puede parecerse una imagen a un modelo del que es, conscientemente, programáticamente, una distorsión? Sin embargo, se le parece; lo prueban las fotos de las personas retratadas; e incluso si no conociera esas fotos es evidente que en todos los ciclos, en todos los trípticos, las diferentes deformaciones del rostro se parecen, que se reconoce en ellas a una única y misma persona. Si bien «en distorsión», esos retratos son fieles. De ahí mi sensación de un milagro.

Podría decirlo de otra manera: los retratos de Bacon son la interrogación sobre los límites del yo. ¿Hasta qué grado de distorsión un individuo sigue siendo él mismo? ¿Hasta qué grado de distorsión un ser amado sigue siendo un ser amado? ¿Durante cuánto tiempo un rostro querido que se aleja en una enfermedad, en una locura, en un odio, en la muerte, sigue siendo aún reconocible? ¿Dónde está la frontera tras la cual un «yo» deja de ser «yo»?

Milan Kundera: El gesto brutal del pintor, en Bacon. 
Retratos y autorretratos. Madrid: Debate, 1996


Estudio del Papa Inocencio X de Velázquez. 
Óleo sobre lienzo, 153 x 118 cm. 1953. 
Des Moines, Nathan Emory Coffin Collection of the Des Moines Art Center

Comparando ambos retratos del Papa Inocencio X, uno se da cuenta de que lo que los pinceles de Velázquez dejan insinuado, Francis Bacon lo hace patente.

9 comentarios:

Capri c'est fini dijo...

Siempre me ha llamado mucho la atención el retrato de Inocencio X (y poco por lo mismo que La familia de Carlos IV de Goya). Son retratos de encargo pero el artista se encarga de incidir en un rostro con ojos ambiciosos, casi maquiavélicos, en lugar de dulcificar el personaje, como sería lo lógico. Es alucinante el color y los reflejos del capelo del papa conseguidos por Velázquez. Parece mentira que una persona con un pincel y colores logre eso. En cuanto a Bacon, me parecen unas interesantísimas recreaciones, fantasías o variaciones sobre el retrato original. Producen la misma angustia y desazón que la mirada de los ojos del Inocencio de Velázquez... con la iglesia hemos topado, querido pe-jota.

Un fuerte abrazo.

Juan Duque Oliva dijo...

Este cuadro me encanta, el original y algunas de sus interpretaciones son fantásticas, incluso guardo un recuerdo muy especial, una vez hice un trabajo de máscara neutra con Paz Vega sobre este cuadro.

Lo que queríamos transmitir es que la auténtica mala era su hermana que era una víbora y lo usaba como una marioneta, un poco basado en la realidad o no, quien sabe.

Saludos

Xavier dijo...

Difícilment podria expressar millor el contingut del teu comentari.
La pintura de Bacon es com un Scaner del que retrata. Entra mes endins i ens mostra l’anima del model. Impactant.
Dur i sempre difícil de pair. Un visionari, un geni.

pon dijo...

Todo el mundo ve al papa con una mirada de odio y enfado; a mi siempre me ha parecido que está paralizado por el miedo, en el fondo de sus ojos hay miedo y soledad. Creo que Bacon supo ver el fondo de esos ojos y su "retrato del retrato" está lleno de soledad y miedo.

Lo que más me fascina de estas dos pinturas es el diálogo entre los dos pintores.

Mery dijo...

Qué pena, una buena amiga se ha ído sin ver la exposición de Bacon en Madrid.
Inteersante el dilema que se nos plantea con las distorsiones del yo, del otro, de la lejanía en el tiempo o en la situación anímica. Daría para una buena charla al amor de la lumbre (y de lo que sea).
Un abrazo

Vulcano Lover dijo...

Muchos de ellos aún están expuestos en la fabulosa exposición del Prado... pero como a algunos os da cosilla venir a Madrid...

Justo dijo...

Que un gran artista versionee a otro es siempre interesante. Recuerdo la Merienda en el campo de Manet y el delirio que provocó en Picasso, que plasmó por lo menos 40 réplicas, a cual más alocada y estimulante.

¡He leído el texto de Kundera pensando que eras tú quien lo decía! (El comentario de Pon me ha encantado, es como ponerse en la piel del Papa, algo difícil..)

Bueno, veo y celebro que llegaron el Maestro y Margarita a tu vida.. mucha atención al gato Popota..

Un beso

senses and nonsenses dijo...

sabes que estos posts son mis favoritos. me parece perfecto el diálogo entre las obras y los artistas. ...y me han encantado los comentaristas.
el texto me suena mucho. al leer Kundera hubiera dicho que se incluía en Los testamentos traicionados, que es el único libro de artículos y ensayos que he leído del checo. en cualquier caso tb me parece la selección perfecta para esta entrada.

un abrazo.

Madame X dijo...

Ay, me he perdido a Bacon y el placer de contemplar sus distorsiones en vivo.

¿No es acaso la cara el espejo del alma? Bacon hurga en lo más hondo. He ahí su inmenso talento.

Veo que te han sentado genial las vacaciones, Pe-jota. ¿Semana de pasión? :-)