"Amo demasiado a mi país para ser nacionalista."
" Yo sentía una naturaleza tal que mis necesidades físicas desplazaban a menudo mis sentimientos. Cuanto más reflexionaba, más cosas desconocidas y olvidadas sacaba de mi memoria. Comprendí entonces que un hombre que no hubiera vivido más que un solo día podría sin esfuerzo vivir cien años en una prisión. Tendría bastantes recuerdos para no aburrirse".
"Caminamos mucho tiempo por la playa. El sol estaba ahora abrasador. En el extremo de la playa llegamos al fin a un pequeño manantial que corría por la arena hacia el mar detrás de una gran roca. Allí encontramos a los dos árabes. Estaban acostados con los grasientos albornoces. Parecían enteramente tranquilos y casi apaciguados. Nuestra llegada no cambió nada… Durante todo este tiempo no hubo otra cosa más que el sol y el silencio con el leve ruido del manantial y las tres notas… La luz se inyectó en el acero y era como una larga hoja centelleante que me alcanzara en la frente. En el mismo instante el sudor amontonado en las cejas corrió de golpe sobre mis párpados y los recubrió con un velo tibio y espeso. Tenía los ojos ciegos detrás de esta cortina de lágrimas y de sal. No sentía más que los címbalos del sol sobre la frente e, indiscutiblemente, la refulgente lámina surgida del cuchillo, siempre delante de mí. La espada ardiente me roía las cejas y me penetraba en los ojos doloridos. Entonces todo vaciló. El mar cargó un soplo espeso y ardiente. Me pareció que el cielo se abría en toda su extensión para dejar que lloviera fuego. Todo mi ser se distendió y crispé la mano sobre el revólver. El gatillo cedió, toqué el vientre pulido de la culata y allí, con el ruido seco y ensordecedor, todo comenzó. Sacudí el sudor y el sol. Comprendí que había destruido el equilibrio del día, el silencio excepcional de una playa donde había sido feliz. Entonces disparé cuatro veces sobre un cuerpo inerte en el que se hundían las balas sin que lo pareciese. Fueron cuatro golpes breves con los que llamaba a la puerta de la desgracia. "
Fragmentos de "El extranjero"
Las ideas morales de Camus se basan en una palabra, hoy en bastante en desuso, compromiso. Compromiso con el presente, con lo singular, con quienes le rodeaban: con el hombre que vive y sufre, con el pobre, con el que padece injusticia, compromiso que se extiende a todos los actos de una vida, a las alegrías y a las tristezas, y también a las miserias y su desgracia, un discurso que sólo puede nacer de una persona absolutamente integra, una persona que se negó a asimilar Alemania con nazismo y fue uno de los pocos intelectuales, junto a Günther Anders y Karl Jaspers, que alzaron su voz contra las bombas de Hiroshima y Nagasaki.
De Interés:
http://www.elpais.comLos dos siglos de Camus
12 comentarios:
Camus es una persona cercana,epidérmica y rebelde.Un hombre rebelde de esa humanidad que se sabe vivida más allá del absurdo.
Y estoy de acuerdo en que la palabra clave es compromiso por lealtad a uno mismo que se va sientiendo uno en la medida que los demás intereactúan con él.Por eso desde la conciencia vivir un sólo día es haberlos vivido todos.
En fin...
Camus, un honesto libertario que me sigue conmoviendo por lo que habéis ya apuntado: su integridad y su compromiso con el hombre, más allá de ideologías y sus grandes causas.
Un beso.
¿Es dignamente lícito que uno mismo se comprometa con la ignorancia?...
Tu lo has dejado dicho: ya no se lleva.
Magnifica elección de textos.
Un abrazo.
Leí a Camús mas por moda que por convencimiento siendo muy jóven. Quizá debería volver sobre sus textos.
A todos nos haría bien volver a sus textos.
Buena falta nos hace en estos tiempos en que la desverguenza y la falta de ética se han adueñado del escenario.
Gracias P. Jota.
Los héroes son los que hacen algo, cuando nadie hace nada. El compromiso es algo muy difícil. Por eso los los que lo practican están tan solos.
Exquisito post.
De los escritores más modernos aún llevando tanto tiempo muerto.
50 años después de su muerte, y justo ahora que necesitamos más que nunca intelectuales como él, recordemos a Camus.
las comparaciones son odiosas, pero tb envidio a Francia en esto. frente a esto... y no quiero nombrar a nadie...
hemos perdido la empatía con el otro, nuestro compromiso está dormido, en el mejor de los casos. justificamos lo injustificable, y hemos perdido nuestra capacidad crítica...
leí la kafkiana, actual - vigente, y fascinante El extranjero, y, probablemente demasiado joven para ello, La peste, que debería volver a leer, la entendería mejor, descubriría nuevos matices...
un abrazo.
Muy acertado el comentario de Marqués de Zas.
En cuanto al párrafo de que un hombre que sólo hubiera vivido un día tendría recuerdos para el resto, no sé qué decirte, porque hay quien no aprecia un ápice lo que tiene a dos palmos de narices, y mucho menos es capaz de verse a sí mismo.
Pero bueno, dejando posdatas aparte, que no vienen al caso, yo también debería apuntarme a releer a Camus.
Les paraules de Marqués de Zas son las que voldria haver expressat. Millor no las podia haver dit ni triat.
El compromís avui dia fins i tot sembla una paraula “vintage”, com a bonica però antiquada.
Anem be.
qué lujo youtube!
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