miércoles, abril 07, 2010

Thomas Eakins y el boxeo

Thomas Eakins

Según las notas de Goodrich, el boxeo aún no era el deporte de moda para que acudieran los caballeros y las damas. De hecho, el mundo del boxeo era exclusivamente masculina, y esto sin duda es una de las causas que lo hizo atractivo a los ojos de Thomas Eakins (1844-1916). Al igual que la natación, en la obra de Eakins el boxeo y la lucha libre son imágenes de un mundo en el que las mujeres son excluidas. En la década de 1890 este mundo masculino no gozó de seguidores, siendo marginado en las organizaciones y exhibiciones de arte. No es de extrañar por tanto, que en sus cuadros de este período, incluso el mundo masculino parece más violento y menos amable, un mundo poco dado a la armonía de la amistad y sí al conflicto. Eakins se identificará firmemente con los boxeadores y vio en su brutal profesión paralelismos a la suya como pintor. Curiosamente, Eakins nunca pintaría un combate real. Todas las pinturas retratan una pausa en la acción, y los personajes nunca entran en contacto visual. Según Carl Smith, los boxeadores de Eakins son solo personajes solitarios, figuras en reflexión, son como una visión introspectiva del propio autor. Sus protagonistas no son tanto héroes como antihéroes.

Salutat 1898

El pugilista Billy Smith, (1871-1937) fue el modelo utilizado para aparecer victorioso en el cuadro Salutat, un relativamente poco conocido luchador de peso pluma que atrajo la atención de Eakins "Era 1898", escribió más tarde Smith, "Cuando el Sr. Eakins llegó al Club de Boxeo, para buscar un modelo para el que iba a ser su primer cuadro sobre el boxeo, titulado "Between Rounds".

Billy Smith

Él, el Sr Eakins me eligió a mi, para mí fue un caballero y un artista, y un realista entre los realistas. En su obra ni se añade ni se substrae nada. Recuerdo ... me di cuenta de algo oscuro encima de mi labio superior, le pregunté al Sr. Eakins lo que era, dijo que era mi bigote, yo quería que lo quitara, él dijo que estaba ahí, y ahí se quedó. Usted puede ver que era un realista. " En "Between Round", se registra un combate documentado en la Arena el 22 de abril de 1898, que Smith perdió. El que le da aire con una toalla es Billy McCarney. El que se flexiona sobre las cuerdas es Elwood McCloskey, conocido como "El viejo caballo de guerra". Eran habituales en la antigua Arena en las calles Broad and Cherry en Filadelfia, donde Eakins y sus amigos fueron fieles asistentes. Clarence W. Cranmer, sentado en la mesa controlando el tiempo, fue un periodista y amigo cercano del artista.

Between Rounds 1899

Eakins estaba fascinado por la brutalidad de la clase baja que se movía en el mundo del Arena y [...], y a través de diversos detalles destacó la distinción de clases. Por ejemplo, en "Salutat" el contraste entre el rojo del cuello y la cabeza de Billy Smith y la palidez del resto de su cuerpo sirve para indicarnos cual es su trabajo durante el resto de la semana, y ha aumentado el tamaño de una quemadura producida por el sol, lo que nos indica que su trabajo es al aire libre. Tras posar para "Between Rounds" y "Salutat", Billy Smith, se convertiría en un compañero y un consuelo para Eakins hasta la muerte del artista. Ya en edad avanzada y ante sus problemas de movilidad, Billy Smith, los aliviaría con masajes terapéuticos, llegando a ser las propias piernas de Eakins cuando este ya no podía caminar.

Taking the count 1898

Tal vez el más perturbador de sus cuadros sea "Taking the count", que muestra a dos boxeadores en el punto culminante de una pelea. De rodillas a la derecha Jack Daly de Wilmington, con apariencia más joven (ambos nacieron en 1873), con mandíbula cuadrada, buena apariencia, la expresión en blanco que nos proporciona una especie de parodia en contraste con la vacuidad del cartel de fondo con los niños al estilo de los ilustradores Joseph Leyendecker y James Montgomery Flagg.

Jack Daly

Daly ha sido derribado por un golpe en la mandíbula, se apoya en una rodilla, mirando hacia la entrepierna de su adversario, evidentemente pensando en tomar la decisión de levantarse y someterse al castigo de su adversario. A la izquierda, su antagonista triunfante, Charlie McKeever, cuyo rostro es más curtido, más irregular y más brutal, está dispuesta a golpear a Jack de nuevo si trata de levantarse. Entre las dos personajes, Henry Walter Schlichter, de esmoquin (el árbitro), que cuenta los segundos. Sus ojos no miran a ninguno de los combatientes, y su pose es dura - un escritor la ha comparado a un sonámbulo.

Charlie McKeever

Hemos de prestar atención a los calzones de McKeever ya que nos encontraremos con una curiosa sorpresa. Eakins incluye un auto-retrato, como testigo y voyeur, en el estrecho espacio creado por la cuña de la entrepierna del boxeador. La colocación es astuta - una especie de broma furtiva que podrían pasar fácilmente inadvertidos. Sin embargo una vez que se nota, la pintura ya no se ve exactamente igual. Seguramente no es casual que Eakins se haya yuxtapuesto a sí mismo con los genitales del boxeador. [...] La implicación de los genitales de McKeever es aún más inquietante si pensamos en el esbozo del estudio para este cuadro, en el que ambos púgiles aparecen completamente desnudos, gracias al cual es evidente que la mirada del boxeador derribado se dirige hacia el falo del vencedor. Además, el gesto de la mano del árbitro parece una continuación del pene, empujando hacia la cara y la boca del púgil arrodillado.


Los otros cuadros también parecen dedicar una excesiva atención a las entrepiernas y las nalgas. En "Between Rounds", por ejemplo, Billy Smith presenta una abultada entrepierna que está casi en el centro del cuadro, y es sin duda la zona más luminosa de la composición.

The Wrestlers 1899

En "The Wrestlers", los luchadores son encerrados en un abrazo casi eróticos, y el luchador que ha alcanzado la victoria ha conseguido un "crotch hold". Eakins también pintó dos personajes en la esquina superior derecha - uno vestido, y el otro en pantalones cortos de boxeo - que son cortadas por la cintura para que nuestros ojos se centren en la zona de la ingle. "Salutat" se diferencia de las otras obras de la serie en que el boxeador se ha vuelto hacia el público, que le está mirando y aplaudiendo. Nuestra visión se centra en las nalgas, que el niño del agua, detrás de él, también está mirando intensamente.



Traducción personal de fragmentos pertenecientes a:

Henry Adams, "Eakins revealed : the secret life of an American artist"

10 comentarios:

Uno dijo...

¿Lo ves? Tengo que adorarte. ¿De donde sacas estos artistas? ¿Dónde he estado yo que no los vi? Fascinante.
Un abrazo.

TUT dijo...

Verdaderamente interesante y desconocido para mi también-

Por cierto,a tu blog con ese fondo tan gris le has dado un aire de seriedad casi académica.

Un abrazo.

d2 dijo...

Hasta he perdido las ganas de racionalizarte, a veces creo que sois más de dos los que escribís… de todas da lo mismo, lo de siempre…es una gozada inmensa leerte. Gracias

ixilik dijo...

Lo bien que me lo ha hecho pasar este guía.
Un placer , placer

El Deme dijo...

Taking the count me encanta, uno de pie, otro caído y el árbitro en medio. Un pintor exquisito, gracias por mostrarlo.

senses and nonsenses dijo...

a mí tb me ha encantado. la historia, y los cuadros. Taking the count (y el secreto que esconde) me parece fascinante.
ya sabes cómo me gusta que nos acerques estas historias. desconocida para mí tb...

un abrazo.

@ELBLOGDERIPLEY dijo...

Qué energía más imparable tienes siempre, con lo cual te confieso mi admiración por todos los temas que vas proponiendo.

Aunque no sea fan del "hard-boxing", no dejo de reconocer una fuerza enorme y una plasticidad y expresividad de Eakins en los cuadros casi pasoliniana (tendiendo al cine), aunque no tenga nada que ver. Lo del "pentimento" del retrato en la entrepierna es curiosísimo.
Tampoco tiene que ver con la pintura, aunque la asociación y la abstracción es libre...y veo en todos los cuadros un poco la vida de Jack LaMotta y a Robert de Niro interpretándola, cuando ví "Toro Salvaje" (obligado)...jamás pensé que el boxeo me iba a interesar, aunque, claro..., sin duda todo lo que hiciera (o haga) Robert de Niro, cómo no.
Completo desconocimiento del pintor, como siempre un descubrimiento y una propuesta arriesgada y que nos amplía nuevas miras.
Petons!

Xavier dijo...

bon treball.

Justo dijo...

¿Qué quieres que añada? Me has dejado noqueado con estas informaciones, con los textos y los dibujos...

Eres un crack, Pe.

Pilar dijo...

Qué maravilla de cuerpos en el costumbrismo de las atávicos modos masculinos. Sufro con el boxeo, pero siempre le reconozco algo de belleza, la del cuerpo y la furia humana en alianza.