Nichollas Hilliard, "Muchacho bajo las rosas", 1588, casi con seguridad Robert Devereux, segundo conde de Essex, según Roy Strong, Museo Victoria y Alberto, Londres.
SONETO
Hay veces que quisiera ser su almohada,
y que robando un beso, no me viera;
que le mirara yo -cuando durmiera-,
aunque temblara el miedo en mi mirada.
Más ya mi vana sed considerada,
loca la abeja, pienso, de la cera
que en él no bese miel, y que se fuera
libando hasta la flor, que es amargada.
Pues que te resucita con un beso,
bésalo, no lo muerdas, en tu vida,
pues su voz persigue como loca.
Más al oír su voz, y al embeleso
¿quién no regresa? pues se ve enseguida
todo un panal cayendo de su boca
Hay veces que quisiera ser su almohada,
y que robando un beso, no me viera;
que le mirara yo -cuando durmiera-,
aunque temblara el miedo en mi mirada.
Más ya mi vana sed considerada,
loca la abeja, pienso, de la cera
que en él no bese miel, y que se fuera
libando hasta la flor, que es amargada.
Pues que te resucita con un beso,
bésalo, no lo muerdas, en tu vida,
pues su voz persigue como loca.
Más al oír su voz, y al embeleso
¿quién no regresa? pues se ve enseguida
todo un panal cayendo de su boca
Richard Barnfield (1574-1627)
7 comentarios:
He tenido que leerme varias veces el poema para pillarlo. Bello soneto de amor para un hombre y mucho más intenso de lo que parece en una primera lectura.
Un abrazo
¡qué bonito!
el primer cuarteto, especialmente, me ha tocado.
un abrazo.
Tremendamente provocador p-jota.
Ese panal cayendo de su boca me ha desconcertado y sacado de mi establisment.
deliciosa invitación!
Igual es eso lo que hace temblar los ojos siempre.
Besos de muy bonito :_), pero esas patitas de grillo, no sé yo
Hay veces que quisiera ser su almohada...
El típico verso que uno quisiera haber creado y que a otro se le ha ocurrido.
En efecto: todo un panal cayendo de su boca.
Divino (aunque esta palabra suena siempre cursilona a tope).
Abrazos
El autor se hallaba, literalmente, embelesado.
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