miércoles, octubre 01, 2008

Vetusta

Catedral de San Salvador (Oviedo)

"Uno de los recreos solitarios de don Fermín de Pas consistía en subir a las alturas. Era montañés, y por instinto buscaba las cumbres de los montes y los campanarios de las iglesias. En todos los países que había visitado había subido a la montaña más alta, y si no las había, a la más soberbia torre. No se daba por enterado de cosa que no viese a vista de pájaro, abarcándola por completo y desde arriba. Cuando iba a las aldeas acompañando al Obispo en su visita, siempre había de emprender, a pie o a caballo, como se pudiera, una excursión a lo más empingorotado. En la provincia, cuya capital era Vetusta, abundaban por todas partes montes de los que se pierden entre nubes; pues a los más arduos y elevados ascendía el Magistral, dejando atrás al más robusto andarín, al más experto montañés. Cuanto más subía más ansiaba subir; en vez de fatiga sentía fiebre que les daba vigor de acero a las piernas y aliento de fragua a los pulmones. Llegar a lo más alto era un triunfo voluptuoso para De Pas. Ver muchas leguas de tierra, columbrar el mar lejano, contemplar a sus pies los pueblos como si fueran juguetes, imaginarse a los hombres como infusorios, ver pasar un águila o un milano, según los parajes, debajo de sus ojos, enseñándole el dorso dorado por el sol, mirar las nubes desde arriba, eran intensos placeres de su espíritu altanero que De Pas se procuraba siempre que podía. Entonces sí que en sus mejillas había fuego y en sus ojos dardos. En Vetusta no podía saciar esta pasión; tenía que contentarse con subir algunas veces a la torre de la catedral. Solía hacerlo a la hora del coro, por la mañana o por la tarde, según le convenía. Celedonio, que en alguna ocasión, aprovechando un descuido, había mirado por el anteojo del Provisor, sabía que era de poderosa atracción; desde los segundos corredores, mucho más altos que el campanario, había él visto perfectamente a la Regenta, una guapísima señora, pasearse, leyendo un libro, por su huerta; que se llamaba el Parque de los Ozores; sí, señor, la había visto como si pudiera tocarla con la mano.


El Magistral, olvidado de los campaneros, paseaba lentamente sus miradas por la ciudad, escudriñando sus rincones, levantando con la imaginación los techos, aplicando su espíritu a aquella inspección minuciosa; como el naturalista estudia con poderoso microscopio las pequeñeces de los cuerpos. No miraba a los campos, no contemplaba la lontananza de montes y nubes; sus miradas no salían de la ciudad. Vetusta era su pasión y su presa. Mientras los demás le tenían por sabio teólogo, filósofo y jurisconsulto, él estimaba sobre todas su ciencia de Vetusta. La conocía palmo a palmo, por dentro y por fuera, por el alma y por el cuerpo, había escudriñado los rincones de las conciencias y los rincones de las casas. Lo que sentía en presencia de la heroica ciudad era gula; hacía su anatomía, no como el fisiólogo que solo quiere estudiar, sino como el gastrónomo que busca los bocados apetitosos; no aplicaba el escalpelo, sino el trinchante.

El Fontán (Oviedo)

Don Fermín contemplaba la ciudad. Era una presa que le disputaban, pero que acabaría de devorar él solo. ¡Qué! ¿También aquel mezquino imperio habían de arrancarle? No, era suyo. Lo había ganado en buena lid. ¿Para qué eran necios? También al Magistral se le subía la altura a la cabeza; también él veía a los vetustenses como escarabajos; sus viviendas viejas y negruzcas, aplastadas, las creían los vanidosos ciudadanos palacios y eran madrigueras, cuevas, montones de tierra, labor de topo? ¿Qué habían hecho los dueños de aquellos palacios viejos y arruinados de la Encimada que él tenía allí a sus pies? ¿Qué habían hecho? Heredar. ¿Y él? ¿Qué había hecho él? Conquistar.

"La Regenta" Leopoldo García-Alas Ureña (Clarín)


Portada de la primer edición de "La Regenta"

"La Regenta" es el gran monumento literario decimonónico español, un expléndido fresco de la España de la Restauración, el cual se publicará en dos tomos, uno en 1894 y otro en 1895. Su publicación se realizará en Barcelona a cargo de Daniel Cortezo y Cia. y generará un tremendo escándalo, sobretodo en la ciudad de Oviedo (fácilmente reconocible), ciudad que sirve de fondo y es protagonista de esta historia de amores adúlteros entre una sentimentalmente abandonada Ana Ozores, que lentamente va pereciendo ante una sociedad hipócrita; un donjuan provinciano, Álvaro Mesía; y el canónigo magistral y confesor de Ana, D. Fermín de Pas. El adulterio en esta novela no es un mero pretexto sino la constatación del estado de las cosas. El revuelo será enorme, ya que los personajes retratados apuntaban nombre y apellido, lo que llevará al obispo Ramón Martínez Vigil a publicar una pastoral en su contra.
Con el paso del tiempo esta novela acabará convirtiéndose en el gran referente de la ciudad que le dio vida, Oviedo. Una ciudad que no sólo es un escenario, sino que actúa de forma preeminente mediante el campanario de la Catedral, atalaya privilegiada desde la que D. Fermín de Pas otea las idas y venidas del microcosmos de sus ciudadanos. Ciento cincuenta personajes que desfilarán ante nuestros ávidos ojos lectores diseccionados hasta en sus más pequeños detalles en un pefecto estudio psicológico que nos desnuda una época y una forma de ver y entender la vida, con las suficientes referencias socio políticas como para situarnos en la realidad de la época.
Clarín se distancia, Clarín lo mira todo desde lejos, como quien ve una realidad y sencillamente la transcribe, se distancia de sus criaturas para dejar que seamos nosotros los que saquemos nuestras propias conclusiones.
Aunque tal vez esto sea debido al propio carácter positivista de Leopoldo Alas (Clarín), el cual queda bastante definido en una carta que remite a Galdós en las fechas en que estaba escribiendo "La Regenta":

"Los dos únicos novelistas vivos que me gustan en absoluto son usted y Zola. ¿Qué le falta a usted? Muchas cosas que tiene Zola. ¿Y a Zola? Muchas que tiene usted. ¿Y a los dos? Algunas que tenía Flaubert. ¿Y a los tres? Algunas que tenía Balzac. ¿Y a Balzac? Otras que tienen ustedes tres"

"La Regenta" será llevada a la pantalla con diversa fortuna, ya que convertir cerca de mil páginas así como sus monólogos introspectivos en un guión cinematográfico es bastante complicado.
La primera vez será en 1974 de la mano del director asturiano Gonzalo Suárez, con guión de Juan Antonio Porto, el papel de Ana Ozores recayó sobre la actriz Emma Penella

La segunda ocasión será en 1995 y correrá a cargo de Fernando Méndez Leite con guión del mismo director, esta vez será en formato de miniserie para televisión, aquí Ana Ozores sería interpretada por Aitana Sánchez Gijón.


+ información

"La Regenta" una obra casi maldita de Víctor Celemín Santos

15 comentarios:

Champy dijo...

Yo soy como Don fermí!!!

juar juar!!!

He escuchado y leído maravillas sobre La regenta, pero nunca ha caído a mis manos... es que estas manos están tan despegadas ultimamente!!!

Que bello Oviedo!!!

Voy a ir, te lo juro!

Alguna de las 2 versiones realizadas hasta hoy es recomendable?

Uy yo ya estuvera echando madres en tu lugar!!!

Eduardo dijo...

Perfecto post. En especial el fragmento de la carta a Galdós. Una vez más, creo que se debería dar un poquito más de relevancia a nuestros principales novelistas. Con excepción de los del siglo de oro, creo que los hemos enterrado junto a sus obras. El caso de La Regenta sorprende porque se ha llevado al cine 2 veces. Pero en general, tratamos las obras maestras en español como un accidente, probablemente convencidos de la leyenda negra lanzada en todo el mundo durante siglos, que dibujó a España como un agujero negro cultural. Cuanto más viajo, más consciente soy de ello. No he conocido aún ningún país que se de al lujo de borrar de sí un autor por motivos estéticos o políticos. Sólo nosotros.
Y hablando de viajes, como es posible que nunca haya visitado Asturias? Te aseguro que le tengo miedo. Las expectativas son tan altas que no me atrevo a concretizarlas. A que parece increíble?

Vulcano Lover dijo...

Es que hablando de la Regenta en mi opinión hablamos de la única novela española parangonable y a la altura de esos grandes clásicos franceses que también mencionas (que, también en mi opinión, son de lo mejor que ha dado la literatura universal)-

Eduardo dijo...

Pues recomiendo a Galdós. Y tampoco veo qué mal hace el naturalismo tardío de Baroja al precoz de Zola.

pon dijo...

Estoy con Eduardo, arrastramos unos complejos muy tontos a estas alturas.
La regenta es una joya; me encanta, la he releído varias veces, y me gustó mucho la miniserie de 1995.

Estuve en Oviedo el verano del año pasado. Muy bien conservada, muy lluviosa, muy Vetusta.

João Baptista dijo...

Oviedo parece lindo

Pilar M Clares dijo...

Qué sutil Clarin, "Cuanto más subía más ansiaba subir", qué pedazo de novela, de mis preferidas, alguna vez creo que te lo dije. Es la modernidad del narrador en la búsqueda de la esencia tradicional de los personajes. Merece la pena echarle un rato de vez en cuando; me gusta este fragmento, gracias.
Las versiones cinematográficas, un poco delirantes. No debe ser fácil, ni nadie con maestría lo ha hecho. Esto es épica, me atevería.

Besazos

Xavier dijo...

Reconec no haver llegit l’obra de Clarin, no descarto llegir-la algun dia quan disposi de mes temps i l’estrès diari amb permeti centrar-me una mica.
Actualment nomes puc assimilar articles i narracions curtes, la saturació mental no em deixa retindré textos mes profunds.
El detall de la carta enviada a Galdós no “canela fina”.

Anónimo dijo...

La pobre Ana Ozores....Ke penita me ha dado siempre en esa sociedad tan axfisiante...

finnegan bell dijo...

igual es una pregunta tonta, pero quién es el hombre de bigote que sale en las fotos?

Sibyla dijo...

Hola Pe-Jota!

Nos has traído material de calidad!
Yo la ví por Aitana Sanchez Gijón, en los capítulos de mini serie, y fue recientemente hace unos meses, que mi marido los fue sacando de la biblioteca, pues tenía que preparar un trabajo sobre ese autor para la facultad.

Pero como bien dices, no se puede desarrollar esas mil páginas en unas horas de film.

Un abrazo:)

Justo dijo...

¡Ay la heroica ciudad que dormía la siesta!

En esa comparación o sana rivalidad que a veces se ha establecido entre La Regenta y Madame Bovary yo opto por la primera -y mira que es difícil decidir, pero sentí más empatía con la Ozores; no lo tendría tan claro si a la terna se sumase Anna Karenina, que me apasiona. ¡Esas historias de las grandes adúlteras!-.

Pero La Regenta es una joya desde tantos puntos de vista.. nada más que el retablo de personajes es alucinante.. y no es nada previsible, te mantiene siempre en vilo..

En la serie de TV, vi a Juan Luis Galiardo muy mayor para el papel.

Y sí, uno de los encantos principales de Oviedo es la asociación con la novela.. ¡ay, que nos van a decir los de Xixón!

Un abrazo

senses and nonsenses dijo...

Oviedo es preciossso. adoro oviedo. la de pajas que me habré hecho yo en oviedo. xixón, para ir a la playa...

pues igual tengo que volver a leer la novela, o era demasiado joven, pero no me emocionó hasta el punto que habláis, quizá si tiene la estructura de gran novela decimonónica que decís, pero no sé, no me emocionó.
lo mejor de la serie: la Petra de cristina marcos. me gusta más la Ana Ozores de emma penella que la de aitana sánchez-gijón.

un abrazo.

Strawberry Roan dijo...

¿Cómo es posible que no haya ido a Oviedo todavía? Grrrrrr

La Regenta es de lo mejor. Quien diga lo contrario es que no la ha leído.

Saludos

Mery dijo...

Qué letras gloriosas las de esta novela.
Desconocía por completo la carta a Galdós y me ha parecido genial. Es decir, que entre genios se entienden.