miércoles, diciembre 13, 2006

Metrópolis

Metrópolis, es una de esas películas que a lo largo de la historia del cine han ido ganando, o tal vez o no, no es que hayan ido ganando, es que la historia que cuenta sigue siendo completamente vigente, salvo como es lógico su poco mas que pueril desenlace.

Metrópolis, escrito por su propio director Fritz Lang y su mujer Thea von Harbou, basándose en una novela de 1926 escrita por la propia Thea, plantea de forma extrema la confrontación entre clases sociales mediante una crítica al capitalismo, y a sus consecuencias alienantes, que llevarán un intento de revolución con consecuencias nefastas.

Para Lang, la revolución del proletariado no es la solución para acabar con las injusticias, si no un medio que llevará peligrosamente a unos y a otros a una situación próxima a la destrucción total. Lang consigue resolver el conflicto mediante la inclusión del amor en un final demasiado pueril para un conflicto tremendamente complejo. No podemos pensar que un apretón de manos entre empresarios y obreros sea una solución. Aunque hemos de pensar que nos encontramos en la Alemania de 1926.



El otro tema planteado por el film es la amenaza que puede suponer la tecnología en un futuro utópico, al igual que el Tiempos modernos de Charles Chaplin. El peligro de las utopías fu turistas, con crítica política incluida, sería desarrollado posteriormente por : Aldous Huxley con Un mundo feliz (1932), George Orwell con 1984 (1949) y Ray Bradbury con Farenheit 451 (1953)



En ese futuro utópico las máquinas están al servicio del ser humano, pero al mismo tiempo, los humanos somos sus esclavos trabajamos para ellas en el subsuelo, símbolo del infierno, llena de peligrosos artefactos, donde los hombres viven alienados, para que las clases pudientes lleven una vida alegre y feliz en la superficie
Este aparente equilibrio, se rompe cuando las máquinas se rebelan contra aquellos que las crearon y tratan de buscar su perdición mediante el androide androide Futura, dotado de inteligencia artificial. Como resultado de este acto la tecnología toma conciencia de sí misma y pretende destruir a sus competidores humanos, de esta manera Fritz Lang nos llama la atención sobre las implicaciones del desarrollo tecnológico.




Esta película, rodada en Alemania, en 1926 es una obra colosal para su época, realizada por los estudios U.F.A. con más de cinco millones de marcos de la época, se utilizarían unos 750 actores de reparto, unos 40.000 extras, durante dos años de rodaje dando origen al cine de ciencia-ficción, si no tenemos en cuenta las incursiones de George Méliès, y revolucionaría por completo el cine en cuanto al uso sorprendente de efectos especiales.
En un primer momento la película fue un rotundo fracaso de taquilla, con la ruina parcial de la U.F.A., y también de crítica: así H.G. Wells, padre de la ciencia-ficción, dijo de ella que era tonta, y Buñuel dijo que parecían «dos películas pegadas a la fuerza». Incluso Lang no estaba demasiado convencido con el resultado que había conseguido. Con el tiempo, y gracias a la reconstrucción del film que hizo el músico Giorgo Moroder en 1984 y sin la cual Metrópolis se habría perdido o no nos habría llegado tal y como nos ha llegado, se ha convertido en una auténtica película de culto y un icono del siglo XX.


Estéticamente, esta película puede inscribirse en el expresionismo alemán, iniciado por " El gabinete del Doctor Caligary ", obra de Robert Wine, o " Nosferatu " de Murnau. Caracterizándose por los rostros excesivamente maquillados e iluminados y unos decorados fantasiosos y distorsionados


Fritz Lang's Metropolis Official Site

7 comentarios:

Vulcano Lover dijo...

Y todo eso sin hablar de la belleza arrebatadora, lírica, intensísima de sus imágenes...

Besos.

Anónimo dijo...

magistral!

Anónimo dijo...

Después de esto me apetece verla...
Besote.

Anónimo dijo...

genial, siempre genial pejota
el kebrantaversos

Anónimo dijo...

La estética es genial, hipnótica, no puedes despegar los ojos.
Vaya peazo de post chaval.

Pon

Javier dijo...

Creo sinceramente que es una película a la cual aquí, en España no se le ha hecho toda la justicia que se merece, el poder de sus imágenes y la reflexión implícita que nos puede llegar a provocar ha hecho de ella un clásico eterno.

Anónimo dijo...

Bueno, en realidad estoyn en desacuerdo contigo en una que otra cosita: El final de "Metropolis" resulta ser algo muchisimo mas simbolico, es la unión del mundo sin importar como es, la construccíón a un mundo mejor. Simbolismo.

Creo que a Buñuel si le gusto ...

... y oye, una pregunta ... Fahrenheit 451 no es de Truffaut?

Criss Cross