martes, noviembre 21, 2006

Queer Japón

 
Felice Beato
Samurai con armadura, c. 1860
 
Esta entrada nace a partir de dos estupendos posts realizados por mi cómplice Senses en los que trata la figura del escritor japones Yukio Mishima, uno dedicado a su figura y otro a su obra más emblemática "Confesiones de una máscara". No es que yo retome el tema en estricto senso, si no que me pregunto, qué conocemos de Japón y de su historia para poder hacer una valoración exacta de ciertos hechos o costumbres de sus habitantes. En realidad creo que nuestros conocimientos son mas bien escasos, y se basan en una idea un tanto superficial y más bien folk del asunto, ya que a pesar de la aparente occidentalización, es una sociedad más bien cerrada y en la que sus costumbres están muy bien asentadas, no hemos de olvidar que nos encontramos ante un pueblo de cultura milenaria, cultura que por otra parte ha sobrevivido a cualquier tipo de colonización con la misma pureza que en el pasado, en lo cual tiene mucho que ver la religión o culto mayoritario, el Shintoismo, culto de carácter animista, ya que sus Kami o deidades suelen encontrarse en la naturaleza o en niveles existenciales superiores, deidades que representan ideales o poderes de carácter abstracto y la obligación o deber de los seres humanos es vivir en armonía con los Kami , de quienes son descendientes. Pero el tema que quiero tratar no es este, si no mas entroncado con Yukio Mishima y es el de la homosexualidad en Japón. 
 
Guerreros Samurais de la provincia de Satsuma, c. 1860
Guerra Boshin
Felice Beato
 
"La Hermosa Senda"
 
"En nuestro Imperio Japonés, esta senda florece desde los tiempos del gran maestro Kobo. En los monasterios de Kioto y Kamakura y en el mundo de los nobles y los guerreros, los amantes se juraban un amor eterno y perfecto que dependía únicamente de su mutua buena voluntad. Que los miembros de la pareja fuesen nobles o de castas bajas, ricos o pobres, carecía de importancia. En todos los casos, lo que les movía era el espíritu de esta senda. Esta senda ha de ser respetada con sinceridad y no podemos permitir que desaparezca".
Ijiri Chusuke (1482)
 
Y es que hemos de tener en cuenta que durante la la época medieval japonesa, en la que se alcanza un gran desarrollo cultural, también se desarrolla una gran tolerancia hacia las distintas prácticas sexuales, de lo cual existe abundante bibliografia, pero en concreto el "Dashoku Okagami " de Saikaku Iharu y traducido por Armand de Fluvià como " Historia de amor entre Samurais ", además se han encontrado poemas amorosos y decretos del gobierno que prueban las actividades homosexuales entre los bonzos, monjes budistas. 
 
 
Con la llegada de los misioneros jesuitas y de los portugueses a lo largo de los siglos XV y XVI, se producirá el primer choque cultural, ya que no hemos de olvidar que Japón vivía cerrada sobre sí misma, y serán justamente estos primeros misioneros los que se quejarán de tales prácticas, ya que curiosamente había leyes que prohibían el trato de los monjes con mujeres pero nada prohibía cualquier otro tipo de trato sexual, como curiosidad podemos aportar la anécdota de que el mismo San Francisco Javier largó una furiosa condena contra el daimo Uchi condenándolo al infierno, el interprete evitó obviamente la traducción, lo cual llevo a Uchi a ufanarse mas de su relación ya que considera que la expresión furiosa era producto de los celos. Fuera del ámbito religioso se prodigan las pruebas de las relaciones homosexuales en el ámbito de los daimyō, señores feudales y de los samurais, estas practicas estaban ligadas a los vínculos feudales entre señores y vasallos, era común por parte de los samurais escoger a un joven favorito que permanecía junto a ellos durante las batallas y que en época de paz pasaban a ser sus secretarios.
 
En Japón, era el joven quien debía dar el primer paso, mientras que para los griegos sólo el más mayor debía cortejar al joven. Hagakure, "Escondido tras las hojas", manual para samurais de Yamamoto Tsunetomo de principios del s. XVIII, estipula que:
 
"Un hombre joven debería probar a uno más mayor durante como mínimo cinco años y, si está seguro de las intenciones de esa persona, pedirle relaciones formales (…). Si el joven puede entregarse y vivir así durante cinco o seis años, es una persona adecuada 
 
 Autor: Tamotsu Yato 
Obra: Otoko (photo-studies of the young japane male) 1972
 
El wakashudo era también parte integrante de la tradición de la devoción que un siervo tenía para con su señor, y Yamatomo Tsunetomo, opinaba así acerca de estas relaciones: 
 
"Entregar su vida a otro es el principio básico del nanshoku. No hacerlo es causa de vergüenza. Y al hacerlo, no te queda nada para ofrecerle a tu maestro. Por ello, ha de ser a la vez motivo de placer y de disgusto"

Tal vez el homosexual más famoso de Japón sea el príncipe Genji cuya historia se narra en Genji Monogatori en la cual se narra como el príncipe al ser rechazado por Utusemi se consolará durmiendo abrazado al hermano menor de su pretendida Utusemi.
 
"Tú, por no menos tú, no me abandones. Genji sentó al muchacho a su lado. El muchacho estaba encantado, tales eran los encantos juveniles de Genji. En cuanto a Genji, así se cuenta, el muchacho le resultó más atractivo que su fría hermana" 
 
Varios serán los shogunes cuya tendencia sexual hoy en día es conocida, no tanto porque se haya investigado si no por que no era necesario ocultarla, tal vez el caso más llamativo sea el de Tokugawa Taunayosi, el cual fue shogún durante el periodo Genroku entre 1688 y 1703, periodo dominado por los mercaderes, los cuales canalizaron su riqueza hacia el ocio y la diversión dando lugar a la Cultura del Mundo Flotante, con un florecimiento del mundo de las artes, con unos gustos que se decantaron al de los chonin o mercaders y que tenían una tendencia mayoritariamente homosexual.
 
Autor: Tamotsu Yato   
Obra: Otoko (photo-studies of the young japane male) 1972

Fue Occidente y en concreto el cristianismo el que a partir del S XIX, intentará socavar los cimientos de esta cultura de libertad, de una forma de vida que se consideraba honorable, teniendo en cuenta la repercusión que esta palabra tiene en el Imperio del Sol Naciente.Con la restauración Meiji de 1867, un resultado directo de la apertura de Japón al mundo exterior bajo la amenaza de las armas de fuego estadounidenses, cuando la moralidad cristiana occidental empezó a dominar el pensamiento japonés, con el consiguiente punto final para el wakashudo. Tahuro Inagaki, en su obra La estética del amor adolescente escribe que:

"Sin que nos demos cuenta, hemos perdido esta tradición cultural… Cuando íbamos a la escuela, solíamos oír alguna historia de dos estudiantes que se habían peleado a cuenta de un hermoso muchacho y que habían acabado sacando las navajas (…) Pero desde la nueva era de Taisho (1912-1926), no hemos vuelto a oír este tipo de cosas. El shudo, que era parte de nuestras vidas, ha llegado a su fin" 
 
Presencia cinematográfica:
 
 
En el festival de cine de Cannes del 2000 se estrenó Gohatto ("tabú" o "lo prohibido"). Dirigida por Nagisha Oshima y protagonizada por Ryuhei Matsuda, la película describe la agitación que causan en un regimiento de samurais los flirteos de un joven recién incorporado, cuando varios de los samurais mayores compiten por sus favores. El tópico del amor entre hombres se trata, según parece, abiertamente y se describe de un modo históricamente correcta, incluyendo el final trágico de la historia.
 
 

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante artículo. Mucho.

Durante muchos años sólo conocí la cultura de ese país por la canción de Mecano: "Japón".
Luego por esas manadas de personas bajitas, clónicas y con cámaras de fotos adosadas que autocares sueltan para que retraten la Sagrada Familia.
Actualmente (hasta tu artículo) veo a Japón como una cultura agobiante, y violenta: esos tebeos cutres que tienen (donde esté Mortadelo...), esos dibujos animados (yo era de David el Gnomo, aunque me ponían más los Trolls...) tan violentos.
Esas películas en las que se pasan el día peleándose a espadazos y sin variar ni un ápice la sonrisa de cerérea.
Pienso que uno de los males actuales de Occidente es la violencia que transmite Japón con las armas blancas de cortantes filos y esas artes marciales llenas de patadas y golpes.
Esas caras andróginas de gesto herático y como de cera blandiéndo espadas me resultan de lo más repulsivo.

El componente homoerótico lo veo ligado a oscuros ritos relacionados con la violencia mayestática y tranquila y la atracción por la sangre.
¡Menuda grima!.

Cuanto más descubro de Japón más contento me siento de ser celta y de no entenderlos. Creo que voy a volver a ponerme "Japón" de Mecano: hace días que no la oigo, y luego a Juan Pardo que es mucho más guapo que los japoneses y canta mejor que la querida Ana Torroja...

Gracias por la visita al Lobogrino. Sabes que siempre es un honor.
Descansado, tras dos ibuporfenos para el tobillo uno ve las cosas con más relajo: mil disculpas de nuevo.
Un abrazote.

Unknown dijo...

Cada dia aprendo mas, es un placer tenes amigos como "vos".

Un abrazo.

pon dijo...

Qué estupendo post, currado como acostumbras a hacer y descubriendo o recordando cosas siempre interesantes.
Muchas gracias PJ, un gustazo leerte y visitarte.

Ana desde el Sur del Mundo dijo...

Madre Mía, P-J... Voy a imprimir y tendré lectura para el viaje... gracias por darle tanto cariño a tus post ¿te lo había dicho alguna vez? Realmente, pasar por aquí, es siempre una ventana al descubrimiento, a la reflexión y a veces hasta para la recreación de la vista ¡ja ja ja!
En esta oportunidad me gustó el comienzo, pero lo abrí en el laburo y ya sabés cómo es esto... así que, nada, te imprimo y mañana seguramente (o esta noche si mis ojos resisten) te daré mi comentario.
Un beso grande!
Ana

JavieRodrigo dijo...

Con el título de "Tabú" llegó esa película hasta nuestras pantallas, haciendo una fotografía bellísima acerca de la concepción del homosexualismo arraigado entre la más alta nobleza japonesa.

Como siempre, acertadísimo y excelentemente bien documentado tu post.

Abrazo y beso.

Vulcano Lover dijo...

Aún no tuve tiempo de leer este post del que includo habíamso hablado por teléfono con calma... Mala semana para mí... Me voy de vacaciones unos días... Espero poderlo leer con calma a la vuelta, asíq eu ya sabes, no me hagas muchos post que no quiero estresarme a la vuelta...
Besos.

Jose M. Zendoia dijo...

Me ha interesado mucho este texto tan bien documentado. Gracias.

un-angel dijo...

Como te lo curras querido pejota, a mi me pasaba como a lobogrino, que de Japon solo me sabía la canción de Mecano "no son rubios-no son altos-son tipo reloj, la-la" Gracias a ti asomo la nariz del fango de la incultura, jaja, y además sacas un poco del olvido el tema del chulazo japones, que veo tienen su puntillo tambien, jaja...
Como siempre, un abrazo.

Olmo dijo...

Ufff no se que decir... me dejas si palabras, solo puedo decirte que me ha parecido uno de los mejores post que he leido, gracias por este gran trabajo, gracias por compartir todo esto con nosotros.
Mi enhorabuena.
Un saludo.