San Andrés Apóstol (1608-14)
Museo Bellas Artes de Asturias (Oviedo)
El Apostolado del marqués de San Feliz o Apostolado de Oviedo es una de las joyas del Museo de Bellas Artes de Asturias (Oviedo). Este Apostolado es uno de los tres que han llegado a nuestros días completo, aunque en este falta la imagen del Salvator Mundi, la cual se haya presente, tanto en el de la Catedral de Toledo, como en el del Museo del Greco (Toledo).
El Greco y Taller
San Felipe, erróneamente titulado San Mateo (1608-14)
Museo Bellas Artes de Asturias (Oviedo)
San Juan Evangelista (1608-14)
Museo Bellas Artes de Asturias (Oviedo)
San Judas Tadeo Apóstol (1608-14)
Museo Bellas Artes de Asturias (Oviedo)
San Lucas, erróneamente titulado San Simón (1608-14)
Museo Bellas Artes de Asturias (Oviedo)
San Mateo, erróneamente titulado San Felipe (1608-14)
Museo Bellas Artes de Asturias (Oviedo)
Este Apostolado realizado entre 1608 y 1614 es el último de los tres y se encuentra documentada su adquisición, en el segundo cuarto del siglo XVIII, por Dn. Eusebio Díaz de Campomanes, para posteriormente pasar al Monasterio de San Vicente (Oviedo). A principios del s. XIX el monje Atilano González Díaz lo legará al Monasterio de San Pelayo (Oviedo). En 1906 el conjunto será adquirido por Antonio Sarri i Oller, Marqués de San Feliz de quien tomará el nombre de Apostolado de San Feliz. Finalmente en 2002 entrará en la colección del Museo de Bellas Artes de Asturias como depósito del Museo Nacional de Escultura (Valladolid).
San Pablo Apóstol (1608-14)
Museo Bellas Artes de Asturias (Oviedo)
San Pedro Apóstol (1608-14)
Museo Bellas Artes de Asturias (Oviedo)
San Simón, erróneamente titulado San Bartolomé (1608-14)
Museo Bellas Artes de Asturias (Oviedo)
Santiago el Mayor Apóstol (1608-14)
Museo Bellas Artes de Asturias (Oviedo)
Santiago el Menor Apóstol (1608-14)
Museo Bellas Artes de Asturias (Oviedo)
Santo Tomás Apóstol (1608-14)
Museo Bellas Artes de Asturias (Oviedo)
Un dato curioso y rocambolesco entorno a este apostolado es que pudo acabar en manos de Hitler. A principio de los años 40 el gobierno de Franco consideró, ante la posible victoria de Hitler en la Segunda Guerra Mundial, hacer llegar de forma indirecta a manos de los nazis un colosal obsequio integrado por las doce piezas del Apostolado (entonces propiedad del marqués de San Feliz) junto al Retrato de la Marquesa de Santa Cruz, de Goya. Por suerte la historia se puso de nuestro lado, el hundimiento del régimen Nazi llevaría a la caída en desgracia de Serrano Súñer y de los germanófilos. Por desgracia el Retrato de la Marquesa de Santa Cruz sería vendido de forma fraudulenta, y después de arduas negociaciones acabaría, felizmente, regresando a España.
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