Espada de Sobrefoz, c 1100 a C Museo Arquelógico de Asturias, Oviedo
Los Astures fueron junto con los Cántabros la gran pesadilla del Imperio Romano. Pueblo de origen celta establecido en el noroeste de Hispania, ocupaban bastante mas territorio que el actual Principado de Asturias, ya que su población se extendía por la parte oriental de las actuales provincias de Lugo y Orense, así como León, al oeste del río Esla, parte de la actual Zamora, al norte del río Duero y parte de la actual Braganza en Portugal.
Hachas de talón y anillas c.1300-700 s.C. Final Edad de Bronce final
Museo Arqueológico de Asturias, Oviedo.
Primera Edad del Hierro
Museo Castro de Chao Samartín
Grandas de Salime, Asturias
Puñal de Tineo, s.VIII a.C
Museo Arqueológico de Asturias
Puñal de Taramundi, s. XIV s.IX a.C
Museo Castro de Chao Samartín
Grandas de Salime, Asturias
Cultura Castreña
Castro de Couboeira, Mondoñedo (Lugo)
Museo Arqueológico Nacional, Madrid
Cultura Castreña
Castro San Chuis, concejo de Ayande, Asturias.
Museo Arqueológico de Asturias, Oviedo
Inscripción sobre Pizarra s.IV a.C Edad del Hierro
Museo Castro de Chao Samartín
Grandas de Salime, Asturias
Castro de Coaña, Villacondide
Cultura Castreña
Museo Arqueológico de Asturias, Oviedo
Pueblo belicoso y guerrero vivían en casas circulares de piedra con techumbre de paja que se agrupaban en pequeños núcleos amuralladas denominados Castros. Su estructura social presentaba una gran peculiaridad, el fuerte peso social de las mujeres que las llevaba a poder heredar cargos públicos, algo que posteriormente quedaría reflejado en la monarquía asturiana, ya que en un principio el traspaso de la legitimidad la transmitían las mujeres. Otras características fundamentales fuero sus hachas de doble filo y sus caballos, los asturcones, los cuales fueron utilizados por la propia Roma para sus campañas en Germania. Adoradores de las fuerzas de la naturaleza sus festividades se basaban en dar gracias por todo aquello que esta les proporcionaba (un elemento que ha permanecido en la toponimia de muchos municipios asturianos), aunque la agricultura no fuese demasiado boyante, cebada, lino, trigo, lo suficiente para fabricar cerveza y poco mas. No así con la ganadería que era su principal sustento.
Museo Arqueológico de Asturias, Oviedo
Castro de Coaña
Museo Arqueológico de Asturias, Oviedo
Urna de borde exvasado y plano, s.III - s.I a.C Cultura Castreña
Parque Arqueológico-Natural de la Campa Torres, Gijón
Olla Globular, s.II - s.I a.C Museo Castro de Chao Samartín
Grandas de Salime, Asturias
Cultura Castreña
Castro do Viladonga, Castro do Rei (Lugo)
Museo Arqueológico Nacional, Madrid
Peine, Castro de Llagú, Castro de Cellagú Latores, Oviedo Cultura Castreña
Museo Arqueológico de Asturias, Oviedo
Peineta
Cultura Castreña
Parque Arqueológico-Natural de la Campa Torres,Gijón, Asturias
Broche de Bronce, s.III - s.I a.C
Cultura Castreña
Parque Arqueológico-Natural de la Campa Torres,Gijón, Asturias
Fíbula, 300-101 a.C
Lancia, Villasabariego (León)
Museo Arquelógico Nacional, Madrid
Como siempre en cuanto a las fuentes hemos de basarnos en aquello que nos han dejado escrito los romanos, aunque la arqueología se ha encargado de corregir algunas ideas y distorsiones.
El propio Augusto guerreó contra los astures y contra los cántabros a
la vez, pero como ni se le acercaban, resguardados en sus elevadas
fortificaciones, ni se le ponían a mano por ser inferiores en número y
por utilizar la mayoría armas arrojadizas y además le causaban muchas
dificultades si se ponían en movimiento, cayendo sobre él siempre desde
`posiciones dominantes, y le tendían emboscadas en las hondonadas y en
los lugares boscosos, vino a encontrarse en una dificultad completamente
insuperable. A causa de los esfuerzos y de las preocupaciones enfermó y
se retiró a Tarragona para reponerse allí. C. Antistio continuó la
lucha contra ellos y los reprimió por completo, no porque fuese mejor
general que Augusto, sino porque teniéndole en menos los bárbaros al
encuentro de los romanos al mismo tiempo y fuero vencidos. Así pudo
tomar algunos de sus lugares y mas tarde Tito Carisio conquistó Lancia (actualmente en el término de Villasabariego, León),
la mayor aldea de los astures, que había sido abandonada, y sometió
otras muchas.
Al acabar esta guerra Augusto licenció a los
soldados más veteranos y decidió fundar para ellos una ciudad en
Lusitania que se llamó Emerita Augusta (actualmente Mérida, Badajoz)....
Dion Cassio, Historia Romana 53, 25, 2; 25, 5-8; 26, I
II Edad del Hierro
Museo Arqueológico de Asturias, Oviedo
Discos de oro, Edad del Bronce antiguo Occidente de Asturias
Museo Arqueológico de Asturias, Oviedo.
Fibula de Braganza, Guerrero de Braganza, 250-200 a.C
The Trustees of the British Museum
Cultura Castreña
Museo Arqueológico de Asturias, Oviedo
Cultura Castreña
Parroquia de San Payo de Arcilla - La Madorra, Cospeito (Lugo)
Museo Arqueológico Nacional, Madrid
Fragmento de la Diadema de Moñes, 300-1 a.C
Cultura Castreña
Moñes, Piloña (Llanes) Asturias
Museo Arquelógico de Asturias, Oviedo
Fragmentos de la Diadema de Moñes, 300-1 a.C
Cultura Castreña
Moñes, Piloña (Llanes) Asturias
Museo Arquelógico Nacional, Madrid
Diadema de Cangas de Onís (ahora posiblemente Llaviana), 300-1 a.C
Cultura Castreña
Labra, Cangas de Onís (Asturias)
Museo Arquelógico Nacional, Madrid
Cultura Castreña
Vegadeo, Asturias
Museo Arquelógico Nacional, Madrid
Cultura Castreña
Labra, Cangas de Onís (Asturias)
Museo Arquelógico Nacional, Madrid
Cultura Castreña
Vegadeo, Asturias
Museo Arqueológico Nacional, Madrid
Astorga (León)
Museo Arqueológico Nacional, Madrid
Museo Arqueológico Nacional, Madrid
Fíbula anular perteneciente al primer Tesoro de Arrabalde s.I a.C
Castro de las Labradas, Zamora
Museo de Zamora
Pendiente, s.III - s.II a.C Museo Castro de Chao Samartín
Grandas de Salime, Asturias
Todos los montañeses son sobrios, beben agua, duermen en tierra y dejan sus cabellos largos y sueltos según la costumbre de las mujeres aunque cuando combaten se ciñen la frente con una banda. Generalmente comen carne de macho cabrío y sacrifican a Ares uno de estos animales, prisioneros y también caballos: hacen hecatombes de cada especie al modo griego, tal como dice Pindaro: «de todo sacrifican en número de cien»
Realizan competiciones de tipo gimnástico, militares y de carreras de caballos con pugilatos, carreras y combates tanto de
guerrillas como en formación por manípulos. Los montañeses se alimentan con bellotas dos partes del año, dejándolas secar y triturándolas; luego las muelen y hacen pan con ellas para conservarlo largo tiempo. También beben cerveza. El vino,
sin embargo, es escaso y, cuando lo consiguen, lo consumen al punto en fiestas con sus familias. En lugar de aceite usan mantequilla. Comen sentados en poyetes construidos alrededor de las paredes y guardándose sitios de acuerdo con la honra y la posición social. La comida se sirve en círculo y mientras beben bailan al son de la
flauta y trompeta en corro y también saltando y poniéndose en cuclillas. En Bastetania las mujeres danzan mezcladas con los hombres cogiéndose de las manos. Todos visten en general de negro con túnicas en las que también se acuestan sobre camas de paja. Utilizan vasos de madera como los celtas. Las mujeres llevan enaguas y vestidos bordados de flores. En lugar de moneda, los que viven en los rincones más apartados se valen del trueque de mercancías o dan láminas de plata cortadas. Despeñan a los condenados a la pena capital y a los parricidas los lapidan fuera de las fronteras o de las ciudades. Se casan como los griegos. A los enfermos, tal como hacían los egipcios en la antigüedad, los sacan a los caminos para que soliciten consejo sobre su enfermedad a aquellos que ya la hayan experimentado. Utilizaban barcos de cuero hasta la época de Bruto por las lluvias y el fango e incluso todavía son raros los hechos de un solo tronco de árbol. Sus piedras de sal son rojizas, aunque machacadas se vuelven blancas. Así es la vida de los montañeses, como he dicho; me refiero a los que están situados en el lado septentrional de Iberia, los galaicos, astures y cántabros hasta los vascones y el Pirineo, ya que es semejante el género de vida de todos ellos.
Estrabón, Geografía 3, 3, 7 (C 155)
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