martes, abril 02, 2013

"Murillo & Justino de Neve: The Art of Friendship"


 
Me ha resultado un tanto sorprendente el hecho de enterarme de que, desde el 6 de Febrero hasta el 19 de Mayo, el más católico de nuestros grandes pintores barrocos, Bartolomé Esteban Murillo, conquista Londres desde la Dulwich Picture Gallery.

Bartolomé Esteban Murillo
Adoración de los Magos (1660-659
Toledo Museum of Art, Ohio

Bartolomé Esteban Murillo
San Juan con un cordero (1660-65)
National Gallery, Londres

Bartolomé Esteban Murillo
Joven con una cesta con frutas o El verano (1660-65)
Scottish National Gallery, Edimburgo

Bartolomé Esteban Murillo
Inmaculada Concepción de los Venerables o de Soult (1660-65)
Museo Nacional del Prado, Madrid

Bartolomé Esteban Murillo
San Juan Bautista en el desierto (1660-70)
National Gallery, Londres

"Murillo & Justino de Neve: The Art of Friendship" una gran exposición del genio del s. XVII centrada en la relación del artista con su protector y amigo, Don Justino de Neve, canónigo de la catedral de Sevilla. Ambos establecieron una relación profesional, artista y mecenas, que acabaría transformándose en una auténtica amistad y dio lugar a algunas de las pinturas más ambiciosas y bellas del genio Sevillano.

Bartolomé Esteban Murillo
El sueño del patricio y su mujer (1663)
Museo Nacional del Prado, Madrid

Bartolomé Esteban Murillo
La chica de las flores (1665)
Dulwich Picture Gallery, Londres

Bartolomé Esteban Murillo
Cristo tras la flagelación (1665)
Museum of Fine Arts, Boston

Bartolomé Esteban Murillo
Inmaculada del El Escorial (1665)
Museo Nacional del Prado, Madrid

Bartolomé Esteban Murillo
Retrato de Don Justino de Neve (1665)
Londres, The National Gallery

Bartolomé Esteban Murillo
La Fe o la Iglesia Triunfante (1664-65)
Faringdon-Collection-Trust, Oxfordshire

Tal vez esta sea una gran ocasión para posicionar la figura de Murillo, el cual siempre aparece en un segundo plano tras Velázquez, personalmente creo que es injusto ya que ambos toman caminos diferentes y no son comparables, pero ambos son genios de igual envergadura.

Bartolomé Esteban Murillo
Bautismo de Cristo (1667-68)
Capilla de San Antonio, Catedral de Sevilla

Bartolomé Esteban Murillo
Niño Jesús durmiendo sobre la cruz con dos ángeles (1670)
Graves Art Gallery, Sheffield

Bartolomé Esteban Murillo
San Pedro penitente (1670)
Colección privada

Bartolomé Esteban Murillo
Tres Chicos (1670)
Dulwich Picture Gallery, Londres

Bartolomé Esteban Murillo
Virgen del Rosario (1675-80)
Dulwich Picture Gallery, Londres

Bartolomé Esteban Murillo
La Virgen con el Niño Jesús repartiendo pan a los peregrinos (1678)
Museum of Fine Arts, Budapest
 

 +Información:

http://www.dulwichpicturegallery.org.uk/


11 comentarios:

Joaquinitopez dijo...

Estoy de acuerdo contigo sobre la inmensa talla pictórica de Murillo. Contra él siempre han jugado la ñoñez de ver sólo niños monos e Inmaculadas bellísimas en lugar de su magistral talento y, lo que todavía ha resultado más letal, las malas reproducciones de sus obras en estampitas, recordatorios y cajas de bombones. Frente a Velázquez Murillo nos ofrece una visión barroca más cercana al XVIII -con todas las salvedades que queramos ponerle- y una mirada menos cortesana y más creyente.
Que los ingleses estén fascinados por la obra de Murillo no es, en cambio, sorprendente, todo lo contrario, siempre les ha atraido. Si se mira el paradero de los niños pobres de Murillo, una gran parte están en manos anglosajonas.
Como siempre una magnífica selección.

Galderich dijo...

No sé si es el más católico de los pintores barrocos como comentas pero es una buena reflexión más allà de los tópicos sobre el pintor.

Uno dijo...

Está bien este ir y venir del arte. En el Prado se exibe una magnífica colección de dibujos españoles del British Museum, algunos de Murillo.

El Deme dijo...

Me gusta mucho Murillo desde que de pequeño hice un trabajo para el cole sobre este maravilloso pintor. La Sagrada Familia del Pajarito me chifla.

Anónimo dijo...

Me gusta tanto Murillo que, hace muchos años, contemplando una reproducción de una de sus Inmecualdas me sentí tan conmovido que hasta consideré seriamente la posibilidad de comenzar a profesar el catolicismo. Pero por fortuna solo fue un arrebato adolescente, jeje.

Pero mi amor por la pintura resiste el paso de los años...

Gracias por tu publicación

tecla dijo...

Siempre he amado las imágenes de Murillo. Y las Vírgenes más.
Desde pequeña tenía y aún tengo una estampa de la Inmaculada de Murillo que me inspira devoción. Y mira que con tanto ir y venir me he ido dejando mis creencias por el camino.
Es una entrada estupenda y tan cercana.

Florestán dijo...

Genial, Murillo
Su Inmaculada es para mí, es la virgen por excelencia.

De todas formas, de esta serie, me quedo con la de San Juan con el cordero, me recuerda a mi sobrino de pequeño, la misma cara..... Sin duda.. Amor de tío...

Petons

senses and nonsenses dijo...

no quisiera quitarle ningún mérito, pero a mí las vírgenes...

MM de planetamurciano dijo...

Lo curioso es que en el siglo XIX Murillo se consideraba un verdadero titán de la pintura , en la liga de los muy muy grandes, y en el Reino Unido, sobre todo, había verdadera pasión por él, de ahí que mucha de su producción esté en museos ingleses. En ese mismo siglo, Velazquez era más bien un segundón. Las vueltas que da la vida...

@ELBLOGDERIPLEY dijo...

El tema religioso creo que es bastante intrascendente: Es en parte lo que le tocó vivir y retratar, y los encargos por los que le pagaban, pero no ha pasado a la posteridad por eso: Es por la forma casi sobrenatural como pintor, de emplear y pintar la luz, los fondos de los cuadros que son alucinantes, la composición, el dominio de la perspectiva...¿Cómo se puede dibujar, pintar esa luz, ese halo que parece del más allá? Lo que resulta finalmente sobrenatural no es su temática, sino cómo pintaba...¿Cómo se logran pintar esas nubes?:-)
Petons!

Xavier dijo...

El poc bo que trobo d’algunes religions i en aquest cas la catòlica es l’immens llegat que ens deixa amb art. Potser era l’única manera o una de les poques en la que els pintors poguessin fer “lliurament” amagats brots de llibertat, tot i que el que representen siguin relats bíblics. La sensualitat de molts d’aquets quadres es digna d’estudi.