miércoles, febrero 01, 2012

André Gide & Marc Allégret


André Gide por Cecil Beaton, 1946

"Cree a aquellos que buscan la verdad; duda de aquellos que la han encontrado: duda de todo, pero no dudes de ti"

André Gide

En 1917, André Gide (1869-1951) toma bajo su protección y se convierte en el mentor y tutor del cuarto hijo de su amigo el reverendo Elie Allégret. El autor de "La Porte étroite" presta una especial atención a Marc (1900-1973) " de quien en 1907 hace esta descripción:

"Michel [Marc Allégret] semblait revêtu de grâce et, comme coût dit alors Signoret "du pollen des dieux". De son visage et de toute sa peau émanait une sorte de rayonnement blond. La peau de son cou, de sa poitrine, de son visage et de ses mains, de tout son corps, était également chaude et dorée. Il ne portait sur lui ce jour-là, avec sa culotte de bure, très courte et béante au-dessus des genoux, q'une chemise de soie rouge aigre, violacée foisonnant au-dessus de la ceinture de cuir et qu’il laissait ouvert sur son col ou pendait une collier d'ambre, Il était pieds nus, jambes nues, […] Fabrice [Guide] durant ses longs instants, perdait à la contempler, conscience de l'heure, des lieux, du bien, du mal, des convenances, et de lui-même. […] Il doutait si la vocation mystique de celui qui naguère l’accompagnait et le précédait au plaisir [...] eût tenu ferme, et sa révolution vertueuse, devant une invitation si flagrante, ou si, pour adorer pareille idole, l'autre ne se fut pas refait païen […] Rien ne dira la langeur, la grâce, la volupté de son regard."

William Butler Yeats, Marc Allégret, André Gide, (1920)

El escritor duda sobre si alguna vez el arte había representado algo tan bello o de si alguna vez una obra de arte había sido tan perfecta. Cercano ya a la cincuentena, y siendo ya un hombre reconocido, Gide organiza la vida y las vacaciones de su joven protegido, alejándolo de la estrecha moralidad de su familia. Le presentará a Paul Valéry, Pablo Picasso, Man Ray, Jean Cocteau, Erik Satie ... Le lleva de viaje por Suiza, Gran Bretaña, El Congo, encantado de tener para sí mismo "la languidez, la gracia, la sensualidad" del sublime adolescente. Una relación en la que se mezclaron seducción, educación y pedagogía, en la que parece que Gide jamás llegó a conquistar de verdad el corazón del joven Mark, el cual parece que esquivó el deseo y la pasión de su protector refugiándose en otros brazos.

Aunque Gide sintió la embriaguez de los sentidos, esto no le impidió hacer hincapié en la formación moral de su pupilo, el cual, a sus ojos, aparecía como un tanto disipado y sin un plan serio de vida.

"Ne te laisse pas libre, suivant la disposition de l'instant, de faire ou de ne faire point ce que tu te seras proposé, lui écrit-il. Etre de moins en moins exigeant des autres, et de plus en plus exigeant de toi, tel doit être ton programme et c'est le secret de la vraie liberté... Je voudrais que chaque matin, avant de te lever, tu te veuilles et t'exiges beau, noble, actif, intelligent. L'art ne s'obtient que par contrainte, et jamais par laisser-aller. Il faut faire de ta vie entière une oeuvre d'art."
"Je voudrais que tu n'admettes en toi rien de ce qui enlaidit [...]. Et parfois je doute si pour moi toute la morale ne se réduit pas à un intransigeant amour de la beauté. Rien de ce qui est intéressé n'est beau."


André Gide & Marc Allégret (1945)

Marc Allégret se mantendrá hasta la muerte del escritor en 1951 al lado de Gide, siendo reconocido como su hijo espiritual, aunque alejado del mundo literario ya que se convertirá en director cinematográfico, algo que nunca gozó de la consideración de Gide al considerar que era un mundo frívolo. "Heureux de te retrouver hier. Je t'aime bien ", fueron las últimas palabras escritas por Gide en 1949 dedicadas al que fuera su gran amor durante treinta años, y el cual nunca le traicionó; ya que en última instancia parece que no estuvo enamorado de él.

+ Información:

http://www.lefigaro.fr/le petit chouchou de l oncle andre.html

11 comentarios:

MM de planetamurciano dijo...

Estas relaciones preliberación gay entre rico-intelectual-famoso y joven efebo no enamorado siempre me han mosqueao un montón, pero bueno, si ellos fueron felices y honestos entre ellos...¿Qué puedo yo opinar?

Uno dijo...

Pues nada si hay mas remedio que sublimar se sublima y punto.

tecla dijo...

La fidelidad es hermosa, P-Jota.
Cuanto me alegro de leerte.

Sébastien Paul Lucien dijo...

Solo ahora leyendote me doy cuenta que el Allegret de Gide sobre lo cual siempre he leído y Allegret el cineasta que se caso con Simone Signoret son la misma persona!! imperdonable para un francés , gran lector de Gide y cinefilo en blanco y negro... que triste historia para Gide: idealización, frustración.... y eso me suena tanto.... gracias por tus luces gidianas!

Joaquinitopez dijo...

Llevo toda mi vida estudiando y cada dia descubro más y más lagunas, aunque más exacto sería decir que me doy cuenta de la pequeñez de la isla de mi conocimiento en el mar de mi ignorancia.
Gracias por este nuevo descubrimiento.

El Deme dijo...

Vaya, qué poco agradecido el hijo del reverendo, con un padrino así y llevando una vida disipada...

Anónimo dijo...

Aunque en silencio, siempre me doy una vuelta por tu blog, querido PJ.
Esta vez la historia es sumamente atractiva para mí pues me toca de cerca.
Pero esa última frase de Gide me perturba ("Et parfois je doute si pour moi toute la morale ne se réduit pas à un intransigeant amour de la beauté. Rien de ce qui est intéressé n'est beau"). ¿Qué sería, al fin de cuentas, la "belleza" para el viejo Gide?
Un placer, leerte. como siempre.

Gran abrazo desde las tierras del sur.

senses and nonsenses dijo...

voy por buen camino entonces, desconfío de los que tienen la verdad, sigo a aquellos que siguen buscando...

un abrazo.

Pilar dijo...

Exquisiro, visionario, maestro André Gide!!

Mery dijo...

Si es que no hay nada nuevo bajo el sol: estas historias se repiten millones de veces y, para el que las vive, parecen únicas.
Ahora bien, el Amor y el Arte deben ser siempre así, en mayúsculas..

mpons dijo...

Després d'haver llegit L'immoraliste i Corydon em sembla gairebé evident que la relació amb Allégret devia satisfer a bastament Gide, qui desitjava sensualment i eròtica la joventut i la intel.lectualitzava de forma classicitzant, el jove aprenent i l'home experimentat del món grec, per molt que una visió massa moderna de les relacions dugui a pensar que fou un amor no correspost. Segurament a Gide tal concepció no li va passar ni pel cap. Ell posseïa la bellesa del deixeble i l'esculpia com un mestre grec...