miércoles, abril 15, 2009

Cálamo

 
Cálamo (Kalamo), hijo de Maender, Dios del Río, era un personaje de la mitología griega amante de Carpo (Karpo), hijo del Céfiro y de la ninfa Cloris, un joven de deslumbrante belleza, cuando este murió ahogado, Cálamo fue convertido en un tallo que crece junto a ríos y lagos. Desde la Edad Media, el Cálamo ha devenido en símbolo de la homosexualidad, y la palabra calamita en sinónimo de homosexual. Walt Whitman utilizaría esta simbología para introducir un significado nuevo en las amistades entre hombres, utilizando el nombre de Cálamo en una sección de "Hojas de hierva". Whitman se referirá al simbolismo fálico de la planta cuando, rodeado de sus erectos tallos en un estanque, anhela el regreso de su amigo / amante. 
 
Portada de la edición de 1855 de "Hojas de Hierva" 
 
CANCIÓN A LA PRIMAVERA (These i singing in spring) Esta es mi canción de primavera para los amantes, (¿Quién, sino yo, comprendería a los amantes y toda su dicha y sus pesares? ¿Quién, sino yo, sería el poeta de los camaradas?) Cosechando atravieso el jardín del mundo, pero presto franqueo las puertas. Ahora, a lo largo del borde de los estanques, otras veces vadeándolos un poquito, sin temor a mojarme, Ahora, por las defensas de los caminos de posta, donde las viejas piedras provenientes de los campos linderos fueron acumuladas, (Silvestres florecillas, sarmientos e hierbajos crecen entre las piedras y en parte la cubren sin obstruirme el paso), Lejos, lejos en el bosque, o más tarde vagando durante el verano, antes de decidir dónde he de ir, Solitario, aspirando de la tierra el perfume, haciendo alto, silencioso, aquí y allá, Solo creía estar cuando, de pronto, una turba me rodeó, Unos marchaban a mi lado y otros me seguían, y otros se asían a mis brazos y mi cuello, Ellos, los espíritus de mis amados amigos muertos o vivos, llegaban ahitos, formaban un abigarrado tropel, y yo en el medio, Cosechando, repartiendo, cantando vago con ellos por allí, Arrancando algo en prenda, arrojándolo a quienes se encuentran junto a mí, Aquí, lilas con una rama de pino, Aquí, extraigo de mi bolso un puñado del musgo que en Florida arranqué a un roble joven, del que pendía en largo vellón, Aquí, algunos claveles y hojas de laurel, y un manojo de salvia, Y aquí, donde yo salto a la playa, abandonando el agua, (¡Oh! Fue aquí donde vi por última vez al que tiernamente me ama, donde regresará para no separarse jamás de mí, Y ésta, ¡oh! ésta será de aquí en adelante símbolo de camaradas, esta raíz de cálamo lo será, ¡ Intercambiadla, mancebos, entre vosotros! ¡Que ninguno la devuelva!) Y ramitas de arce, y un manojo de naranjas silvestres y castañas, Y tallos de grosellero y ciruelos floridos, y el aromático cedro, Todo esto logro que me rodee cual una compacta nube de espíritus, Vagando, yo lo señalo o lo toco al pasar, o lo aparto lejos de mí, Indicándole a cada uno lo que debe tener, dando, a veces, algo a cada uno; Pero, aquello que he retirado del mar, depositándolo en la playa, aquello lo reservo, Quiero darlo sólo a los que me amen tanto como yo soy capaz de amarlos a ellos.
Walt Whitman
 

16 comentarios:

Diego dijo...

hola aqui pasandome por tu blog
esta muy padre y entretenido bueno adios, seguire mas de cerca este blog
psa al mio
http://dangaliot.blogspot.com/

Yolanda dijo...

No dejas de sorprenderme Javi! Comparto contigo el interés (pasión?) por el mundo griego y he pensado que igual me puedes echar una manilla en mis ¡investigaciones! ¿sabes tu algo sobre el "patio de Sócrates"? estoy convencida que alguna vez existió pero como parece que el hombre no paraba quieto (jejejeje) pues no hay manera de que nadie me de referencias sobre el tema. Yo creo que hubo un patio en el que él se sentaba a meditar, yo me lo imagino austero, de cal blanca con azulejos azules o verdes, a lo mejor nara y dorados, y árboles, árboles frutales y algún olivo, quizás tuviera alguna fuente o pequeño estanque, y columnas, también columnas...¿qué te parece a tí? Besitos.
Perdón, igual me he pasado ya de buena mañana! jejejeje

Juan Duque Oliva dijo...

Me has llevado hasta la orilla del río y me he bañado entre los cálamos, que la verdad sea dicha despierta la imaginación, pero lo que si despierta son los sentidos estos maravillosos versos que a partir de hoy llevaré grabado en la memoria.

Besos

Eduardo dijo...

Años llevo comprando cosas en una librería zaragozana en la que me tratan estupendamente, llamada Cálamo. Y nunca me había preocupado en saber lo que era el cálamo. La botánica para mí es como la aeronaútica. Debe ser por lo mismo que he tardado meses en darme cuenta que la planta que tengo en mi despacho era natural y no de plástico. Menos mal que me la riegan. Un abrazo.

senses and nonsenses dijo...

fíjjjate, no tenía ni idea. me ha encantado la historia. (...había leído cáñamo, yo siempre pensando en lo mismo, :-P)).
me voy a atrever a decir algo que seguramente será contestado, no me emociona Walt Whitman. lo siento. y tengo una traducción de Leaves of Grass, entiendo su importancia, pero no me emociona...

un abrazo.

Eduardo dijo...

Senses, a mí tampoco...

Vulcano Lover dijo...

A mí los cálamos estos no creas tú que me hacen mucha gracia.

:-P

gaysinley dijo...

Siempre es un placer leerte porque me entero de tantas cosas... me ha encantado la historia y es cierto que hay flores y plantas tan sexuales vistas de cerca... que es increible!

Besos primaverales!

Madame X dijo...

Nada mejor para celebrar la primavera que la exhuberancia floral de estos versos sensuales...

La verdad es que no había leído ningún poema de Whitman, si bien le conocía por referencias literarias. Se agradece el descubrimiento.

Madame X dijo...

Ah, lo olvidaba. No tenía ni idea del simbolismo del cálamo. Que no se diga que me acuesto sin aprender algo nuevo.

ixilik dijo...

bonito el poema, y bonita la clase de mitología.
Una pregunta, Si Calamo o calamita es homosexual, homosexualidad serä calamidad ¿no?
¿Se puede sr al cuadrado?

Capri c'est fini dijo...

Otro que no tenía ni idea de lo que era un cálamo, perdona mi ignorancia botánica... En cuanto a Whitman, es el poeta clásico entre los clásico que incluso puede llegar a empalagar de lo cursi... me pasa con él lo mismo que con Bécquer.

¿No se apellidaba Calamita ese juez retrógrado y homófobo? Pues qué casualidad de apellido... jajajaj

Pilar dijo...

Maravillosas siempre las palabras encendidas de Witman

...a lo largo del borde de los estanques, otras veces
vadeándolos un poquito, sin temor a mojarme...

En la poesía está todo siempre.

Yo tengo la traducción de Borges de Hojas de Hierba, una miscelánea de sentimientos a la pimienta.
¡Feliz primavera, pjota, buscado en la distancia!

Justo dijo...

Yo sí soy muy de Whitman, de su poesía y de su vida, me enternece. El amor que profesaba por los soldados, a quienes ayudaba a curar en los hospitales, en las circunstancias más adversas, lo que le llevó a escribir odas apasionadas..

También creo que es verdad que es el escritor inicial norteamericano, el que se cree y cultiva esa épica de lo grandioso, de la mezcla, de un mundo nuevo y libre llamado a grandes tareas.
Y en todo ello era fundamental su amor por los hombres y también -de otra manera, claro- por las mujeres.

Y luego estaba su religiosidad hedonista, su culto al placer y a los pequeños momentos de intensidad, la creencia de que cada uno somos nuestro propio dios y estamos llamados a trascender..

Preciosa e ilustrativa tu entrada.

Anónimo dijo...

Hola!
Interesante. Para mi el mejor libro sobre Whitman es: Love Stories, Sex between men before homosexuality de Jonathan Ned Katz. No pienso que existe una traduccion en espanol. Hace unos meses lo mencione en mi blog: http://www.gayascienza.com/blog/2009/01/the-dear-love-of-comrades-love-stories-sex-between-men-before-homosexuality.html
Gabriel

manu dijo...

qué trolazo era Withman