jueves, julio 17, 2014

"Una mirada al 1700", una Mirada Integradora

 
Jacques Rigaud / Martin Engelbrecht   
Sitio de Barcelona de 1714, Augsurg, c.1750. 
Colección Gelonch Viladegut

Todas las exposiciones que se han sucedido a lo largo de este año son el reflejo de una necesidad de recuperar la normalidad o de  una intencionalidad política. Esta exposición nos propone entablar un diálogo entre los grabados de la colección Gelonch-Viladegut y las colecciones del Museo Frederic Marès, una mirada estructurada en cinco ámbitos de carácter amplio y una mirada integradora entorno a la Cataluña del 1700.
 
EL PODER 
 
En noviembre del año 1700 se produce la muerte sin descendencia de Carlos II, el último monarca de la rama hispánica de Habsburgo. El testamento del difunto entronizaba el duque Felipe de Anjou, nieto del rey Luis XIV de Francia. La unión de territorios de Francia y España bajo la casa de Borbón no fue aceptada por Austria, Inglaterra y Holanda, que firmaron una alianza con el objetivo de declarar la guerra al Borbón y proclamar rey de España el archiduque Carlos de Austria, hijo del emperador Leopold I. En 1705 el archiduque Carlos de Austria se instala provisionalmente en Barcelona.

Paul Decker (dibujante) y Johann August Corvinus (grabador)
Llegada del archiduque Carlos de Austria a Barcelona en 1705, Augsurg, c. 1715 
Aguafuerte sobre papel. 
Colección Gelonch Viladegut

Petrus Schenk,
Llegada al puerto de Mataró, 25 de julio de 1708, de Elisabet Cristina de Brunsvic-Wolfenbüttel,  1709. Impreso en Amsterdam. 
Colección Gelonch Viladegut

Paul Decker (dibujante), Johann August Corvinus (grabador)
Carlos III recibe a la reina Elisabet Cristina a Barcelona 1708  Augsburg, c. 1715 
Aguafuerte sobre papel. 
Colección Gelionch Viladegut

Frans Diamaer (grabador)
Carles III, Hendrik  Anvers, primer tercio del segle XVIII 
Aguafuerte sobre papel 
Colección Gelonch Viladegut

Elisabet Cristina de Brunsvic, esposa del archiduque Carlos de Austria
grabador: Adam Johann Schmuzer, editado en Viena en 1727
Colección Gelonch Viladegut

La representación del poder fue un recurso utilizado con amplitud en la Europa moderna como elemento propagandístico. Los principales actores de la guerra de Sucesión, Felipe V, el Archiduque Carlos o la reina Elisabet Cristina de Brunswick, fueron representados en posturas solemnes y rodeados de motivos simbólicos de su poder real. A diferencia de la pintura, la técnica del grabado, así como también la medallística, permitían reproducir las imágenes en grandes cantidades, cosa que las hacía todavía más útiles para su uso político. 
 
EL TERRITORIO
 
A principio del siglo XVIII, al estallar la guerra de Sucesión, el territorio catalán estaba dividido en vegueries y sotsvegueries que se correspondían con mayor o menor exactitud, con los antiguos condados y vizcondados de origen medieval. Barcelona era la ciudad más grande de un territorio que tenía una población que oscilaba en el entorno a los 400.000 habitantes. Otras ciudades importantes eran Tarragona, Tortosa, Lleida, situada en el camino real que unía Barcelona con Madrid, y Girona, antesala de la frontera francesa.

Johann Baptist Homann (cartógrafo)
Mapa de Cataluña  Nuremberg, 1707 
Aguafuerte coloreado sobre papel

En la época moderna, las vistas de ciudades y los grabados cartográficos, tenían una doble función, por un lado, eran utilizados con finalidad propagandística, mostrando las ciudades asediadas o conquistadas como verdaderos trofeos de guerra, pero por la otra, tenían también una utilidad práctica, dado que servían de modelo para planificar campañas militares posteriores, pues eran una fuente de información muy esmerada de las ciudades, fortificaciones, puertos o caminos por donde se tenían que mover los ejércitos.

Vista de Lleida, 
Gabriel Bodenehr, Aubsburg, c. 1717. 
Colección Gelonch Viladegut

Vista de Barcelona
Pieter van der Aa (geògraf) Leiden, 1707 
Aguafuerte sobre papel 
Colección Gelonch Viladegut

Las campañas militares que Francia llevó a cabo en Cataluña a lo largo del siglo XVII son, precisamente, la razón por la cual se conservan representaciones gráficas de las principales ciudades catalanas, sobre todo de aquellas que disponían de fortificaciones, elaboradas por los mejores cartógrafos, geógrafos e ingenieros franceses, como Sébastien de Pontault de Beaulieu o Nicolas de Fer.  
LA GUERRA
 
El desembarco de las tropas angloholandesas en Dénia y en Barcelona en el verano de 1705, supuso el inicio de la guerra de Sucesión en España. Después de unas semanas de asedio, la capitulación de la guarnición borbónica que defendía Barcelona propició el decantamiento de Cataluña en favor del archiduque Carlos de Austria. La entrada, en noviembre de aquel año, de Carlos de Austria en Barcelona fue uno de los episodios clave en el desarrollo de la guerra en Cataluña.

Duque de Peterborough
Godfrey Kneller (dibujante) i Jacobus Houbraken (grabador) Londres 1740
Colección Gelonch Viladegut

Jacobus Hertzog von Berwick
Anónimo s.XVIII. 
Colección Gelonch Viladegut

Entre las imágenes de este ámbito, se exhiben algunos retratos de los mejores generales europeos que combatieron en este frente de guerra y planos de los enfrentamientos militares más decisivos del momento, como el asedio de Lleida en 1707, o bien la Batalla de Almenar en 1710.

Batalla de Almenar
Isaac Basire, s. XVIII. 
Colección Gelonch Viladegut 
 
El colofón de la guerra de Sucesión fue, sin duda, el asedio de Barcelona de 1713-1714, del cual se conservan una serie de grabados de François Hyacinthe Rigaud que muestran diferentes fases del asalto de las tropas borbónicas a las murallas de Barcelona que culminó el 11 de septiembre de 1714. 
 
LA VIDA COTIDIANA
 
A pesar de los episodios bélicos que asediaron Cataluña durante este periodo, que en algunos casos serían extremadamente duros, la sociedad catalana había comenzado a finales del siglo XVII una etapa de prosperidad económica que se percibía en el progreso de la agricultura, la producción artesanal y el dinamismo comercial, tanto interior como exterior.

Abanico, Francia, Mitad del s. XVIII
Grabado sobre papel y hueso pintado
Museo Frederic Marès, Barcelona

El número de objetos que permiten recomponer el mosaico de la vida cotidiana entorno al 1700 es bastante extenso. Las viviendas, los talleres, las oficinas administrativas, los establecimientos comerciales, las tabernas etc. estaban llenos de objetos que permitían llevar a cabo las tareas propias de cada ámbito y especialización.

Escritorio, Cataluña, Finales s. XVII -primera mitad s. XVIII. 
Nogal y boj común. Marquetería
Museo Frederic Marès
 
Los objetos expuestos, mayoritariamente vinculados a los interiores domésticos, y en este caso en ausencia de grabados, nos acercan a la percepción de esta cotidianidad.
 
LA DEVOCIÓN
  
Las iglesias eran más que un espacio litúrgico y estaban plenamente integradas en la dinámica cotidiana. Del mismo modo que la religión era presente en el espacio público en numerosas fiestas y celebraciones, la calle entraba en el espacio de culto y eran un escenario más de la cotidianidad.

Busto de ángel
Antiguo retablo mayor de Santa Maria del Mar de Barcelona, 1632
Museo Frederic Marès

Exvoto Cataluña, 1705-1714. 
Pintura al oleo sobre madera Santuario del Miracle (Riner)
Museo Frederic Marès

Así mismo, en el ámbito privado se reservaban espacios para la devoción, oratorios y pequeñas capillas, o se incorporaban objetos, como crucifijos, picas de agua bendita o imágenes religiosas, que convivían armónicamente con otras que cumplían una exclusiva funcionalidad doméstica, sin olvidar tampoco los objetos que los fieles llevaban en contacto con el propio cuerpo, como por ejemplo medallas, crucifijos, pequeños relicarios o escapularios.

Compartimento de un retablo. 
Huida a Egipto, Osona (?), segunda mitad del s. XVII Talla sobre madera policromada
Museo Frederic Marès

Virgen de Montserrat Cataluña, s. XVII. 
Oleo sobre cobre
Museo Frederic Marès
 
La nueva piedad barroca, centrada en la veneración de los santos y sus reliquias, mostró un especial interés por los santos locales y el culto mariano. La difusión del culto se vehiculaba principalmente por vía oral, pero fue la imagen la que logró un papel destacado en la fijación de los modelos iconográficos, tanto si se hacía a través de un retablo pictórico o escultórico, de una talla exenta, o bien de un modesto exvoto o de los grabados religiosos, principalmente gozos y estampas, una modalidad de impresión que en Cataluña disfrutó de gran aceptación



+ Información:

http://www.gelonchviladegut.com/
http://w110.bcn.cat/portal/site/MuseuFredericMares


2 comentarios:

Leopold Estapé dijo...

Magnífic, no tinc paraules. No hem de deixar en el oblit un temps en el que vam estar lliures.

Anónimo dijo...

Voluntat política a banda (amb la qual es pot estar més o menys d'acord), cal reconèixer que tot plegat està servint per treure a la llum la riquesa dels museus i dels arxius, i és una bona oportunitat de veure molts tresors que no coneixíem i d'enriquir el coneixement que tenim del període.