miércoles, octubre 28, 2009

Vicente Aleixandre, "Ven, Siempre Ven"

 
 
"Aleixandre era muy pudoroso de su condición homosexual por el daño que pudiera hacer a su familia, sobre todo a su hermana, pero a mí me dijo que cuando muriese no le importaba que se supiera la verdad; consideraba que no era ningún desdoro".
Vicente Molina Foix
 
Vicente Aleixandre, Luis Cernuda y Federico García Lorca 
 
ER: Aleixandre le dice a la madre de Andrés Acero que no se deben volver a ver, pero que "mándele, si habla usted con él de nuevo, un abrazo desde las ruinas de Alejandría, el más bello puerto de mar que jamás habrá existido" ¿es cierto el episodio de Andrés Acero? MF: Sí, Andrés Acero existió, y vivió su episodio mexicano, con el trágico final reflejado en la novela. Vicente Aleixandre, un gran poeta y maestro del que tuve la suerte de ser amigo, nos contaba, a mí y a otros amigos de su círculo más próximo, estos cruciales amores suyos, entre los que destaca el de Andrés Acero. En vida suya (y sobre todo en vida de su adorada hermana Conchita), Vicente era discreto sobre su homosexualidad, pero la España de hoy, por fortuna, no es la pacata España de la posguerra y el franquismo, y más de una vez Vicente comentó, cuando yo le pregunté a ese respecto, que esa verdad suya contada por él a otros se sabría, y era normal y hasta justo que así fuese. Las cartas que le hago escribir en el primer capítulo de El abrecartas siguen su estilo (conservo más de ochenta que me mandó), aunque, como en el resto de la novela, la escritura es mía: 
 
 
Casa de Vicente Aleixandre en Belintonia 3 - 5 (actualmente calle de Vicente Aleixandre 3) Madrid
 
Andrés Acero fue una historia fundamental, no diré que la más fundamental, porque hubo otra posterior,extensa y muy importante, también masculina, en la vida de Vicente, pero Andrés Acero existió y le debo decir –tengo absoluta certeza de ello– que su vida fue como yo la cuento. Es decir, no murió en el frente. Todos los incidentes que yo relato están basados en lo que Vicente contó y lo que los otros amigos de Vicente, como Francisco Brines u otros que podría citar saben muy bien, es todo verdad y, una vez más, está todo contado por mí. Es decir, yo no conocía a Andrés Acero, que se llamaba así. De hecho, la primera vez que, en mi conocimiento, sale el nombre de Andrés Acero, es en la edición de Alejandro Duque Amusco, de las cartas de Aleixandre, de las prosas, donde hay una gran correspondencia final. Yo tengo cien cartas de Vicente. Yo di también unas cuantas, cinco o seis, y ahí, en una cronología un poco detallada que hay al final, es un poco misterioso. Claro, nadie que no sepa nada lo entiende. Dice: "En 1931 conoce a Andrés Acero". Y nunca más se habla de Andrés Acero en esa cronología. Pero claro, aparece. Bueno, pues Andrés Acero fue una historia muy importante, que fue presentado a Vicente, como yo cuento, inventando la situación, por Federico García Lorca, en una situación que se relata en el libro, en la casa de Belintonia, etc. Los demás incidentes son ciertos: se va a la guerra, el encuentro entre los dos amantes se produjo, la visita de la madre de Andrés Acero se produjo, se produjo el exilio, que yo reinvento en sus detalles y, lo más curioso, se produjo el encuentro de Andrés Acero, hombre derrotado, exiliado, pobre y a punto de morir, como le pasó en realidad, con Carlos Bousoño en México. Todo eso es cierto. 
 
Homenaje a Luis Cernuda (en la cabeza de la mesa) en Madrid, en abril de 1936. Detrás, de pie, Vicente Aleixandre, Federico García Lorca, Pedro Salinas, Pablo Neruda, José Bergamín, Manuel Altoaguirre y María Teresa León. Foto: Fundación García Lorca. 
 
El destino de Andrés Acero, por ejemplo, el gran amor de la vida de Vicente Aleixandre, es un destino que sin la Guerra Civil y la tragedia que desencadenó en su propia vida, en el exilio, etc., habría sido diferente: 
 
 
 
VEN, SIEMPRE VEN 
 
No te acerques. Tu frente, tu ardiente frente, tu encendida frente, 
las huellas de unos besos, 
ese resplandor que aun de día se siente si te acercas, 
ese resplandor contagioso que me queda en las manos, 
ese río luminoso en que hundo mis brazos, 
en el que casi no me atrevo a beber, por temor después a ya una dura vida de lucero. 
 
No quiero que vivas en mí como vive la luz, 
con ese ya aislamiento de estrella que se une con su luz, 
a quien el amor se niega a través del espacio 
duro y azul que separa y no une, 
donde cada lucero inaccesible 
es una soledad que, gemebunda, envía su tristeza. 
 
La soledad destella en el mundo sin amor. 
La vida es una vívida corteza, 
una rugosa piel inmóvil, 
donde el hombre no puede encontrar su descanso, 
por más que aplique su sueño contra un astro apagado. 
 
Pero tú no te acerques. Tu frente destellante, carbón encendido que me arrebata a la propia 
conciencia, 
duelo fulgúreo en que de pronto siento la tentación de morir, 
de quemarme los labios con tu roce indeleble, 
de sentir mi carne deshacerse contra tu diamante abrasador. 
 
No te acerques, porque tu beso se prolonga como el choque imposible de las estrellas, 
como el espacio que súbitamente se incendia, 
éter propagador donde la destrucción de los mundos 
es un único corazón que totalmente se abrasa. 
 
Ven, ven, ven como el carbón extinto oscuro que encierra una muerte; 
ven como la noche ciega que me acerca su rostro; 
ven como los dos labios marcados por el rojo, 
por esa línea larga que funde los metales. 
 
Ven, ven, amor mío; ven, hermética frente, redondez casi rodante 
que luces como una órbita que va a morir en mis brazos; 
ven como dos ojos o dos profundas soledades, 
dos imperiosas llamadas de una hondura que no conozco. 
 
¡Ven, ven, muerte, amor; ven pronto, te destruyo; 
ven, que quiero matar o amar o morir o darte todo; 
ven, que ruedas como liviana piedra, 
confundida como una luna que me pide mis rayos! 
 
"La Destrucción o el Amor" (1932-33) Vicente Aleixandre
 
 
Con estas confirmaciones que han saltado al pleno conocimiento público de la mano de Vicente Molina Foix, con la publicación de su obra "El Abrecartas", y que han enfurecido a los de siempre y han confirmado los que otros pensábamos, la poesía del Premio Nobel, Vicente Aleixandre cobra aún mayor dimensión si cabe y nos obliga a una nueva relectura de una obra tan hermética como bella. 
 
 
 

20 comentarios:

Vulcano Lover dijo...

Soberbia lectura de Aleixandre la que nos da el Abrecartas de Molina Foix... una de las novelas que más me ha emocionado en los últimos años.
Siempre me gustó Aleixandre, mucho. El primer libro de poesía que me compré era de él.

TUT dijo...

Pues yo que hasta hace poco leia poca poesía, lo descubrí casi por casualidad y me enganché pronto a sus poemas.

Este resumen de su vida y sus amores no lo conocía y es de lo más interesante.

El poema...que decir, una maravilla de composición.

En tu blog siempre aprendo algo, gracias amigo.

Un beso.

Joaquinitopez dijo...

Ni la menor idea de que Vicente Aleixandre fuera gay, todo un descubrimiento.
De de nuevo gracias a este blog.

Champy dijo...

Para que veas que ni se ni conozco de todo......esto es totalmente nuevo para mi.

Deja me empapo.

2046

Uno dijo...

La homosexualidad de Aleixandre debió ser un secreto a voces porque yo, que no soy ni siquiera un gran lector, siempre lo supe.
Aleixandre me pareció, en sus apariciones públicas, un tipo estirado. No me cayó bien. No leí su obra. Me pasa con otros autores también. A veces es mejor no saber como son.
Quizá lea la novela de M. Foix. Quizá después a Aleixandre.
Al que seguro que seguiré leyendo es a ti que traes estos temas tan interesantes y tan bien elaborados.

pon dijo...

Por qué cobra mayor dimensión su obra???

Era un secreto a voces, como bien dice Uno. Cuando le dieron el Nobel no conocía su cara siquiera pero sí su poesía, que siempre me pareció tan bella y tan dolorosa. La casa de Belinconia anda en litigios entre el Ayuntamiento que no sé qué quiere hacer, seguramente tirarla y construír apartamentos, es una zona muy cara, y una fundación a asociación de amigos, no sé bien, que quiere hacer un museo. Esperemos que no la tiren, pero he de decir que entre el mundo literario no hay mucho interés en el tema, por desgracia. No es Lorca.

erva_cidreira dijo...

Se querían

Se querían.
Sufrían por la luz, labios azules en la madrugada,
labios saliendo de la noche dura,
labios partidos, sangre, ¿sangre dónde?
Se querían en un lecho navío, mitad noche, mitad luz.

Se querían como las flores a las espinas hondas,
a esa amorosa gema del amarillo nuevo,
cuando los rostros giran melancólicamente,
giralunas que brillan recibiendo aquel beso.

Se querían de noche, cuando los perros hondos
laten bajo la tierra y los valles se estiran
como lomos arcaicos que se sienten repasados:
caricia, seda, mano, luna que llega y toca.

Se querían de amor entre la madrugada,
entre las duras piedras cerradas de la noche,
duras como los cuerpos helados por las horas,
duras como los besos de diente a diente sólo.

Se querían de día, playa que va creciendo,
ondas que por los pies acarician los muslos,
cuerpos que se levantan de la tierra y flotando...
se querían de día, sobre el mar, bajo el cielo.

Mediodía perfecto, se querían tan íntimos,
mar altísimo y joven, intimidad extensa,
soledad de lo vivo, horizontes remotos
ligados como cuerpos en soledad cantando.

Amando. Se querían como la luna lúcida,
como ese mar redondo que se aplica a ese rostro,
dulce eclipse de agua, mejilla oscurecida,
donde los peces rojos van y vienen sin música.

Día, noche, ponientes, madrugadas, espacios,
ondas nuevas, antiguas, fugitivas, perpetuas,
mar o tierra, navío, lecho, pluma, cristal,
metal, música, labio, silencio, vegetal,
mundo, quietud, su forma. Se querían, sabedlo.


Vicente Aleixandre

Tres_Leches dijo...

Canción Para Un Poeta Viejo
(Vicente Aleixandre)



Muy cerca de la vida. Así tu hablar.
Llegaste a viejo cual se llega al mar.

Azotado del viento y de los años
fuiste la vida, no sus desengaños.

Tu voz sonaba a viento y caracolas,
viejo de luz, hermano de las olas,

Conocimiento fue tu reposar.
Llegaste a viejo cual se llega al mar.

Llegaste a viejo cual se llega a ser
la luz delgada del amanecer.

La luz delgada del saber callar,
del saber conocer y callar.

Del saber esperar, callar, seguir
hasta las olas del saber vivir.

Hasta las olas del saber amar
profundamente y como es quieto el mar.

Y como es quieto el mar se pone en pie
la insurrección del nunca moriré.

Y así tu ser, escrito en agua y sal
y en viento fue, y en todo lo inmortal.



Carlos Bousoño
De « Noche del sentido» (1957)

Alcibíades enamorado dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
senses and nonsenses dijo...

La Destrucción o el Amor es el único libro que conozco de Vicente Aleixandre, y Ven Siempre Ven, mi poema favorito. y siempre digo que tengo que leerle más, pero esto me suena que ya lo he dicho alguna vez por aquí.
y con El abrecartas, lo mismo, siempre os digo a Vulcano y a ti que voy a leerlo. lo leeré...

un abrazo.

JB dijo...

És um boião de cultura

MM de planetamurciano.com dijo...

A mí siempre me pareció ke ha caído un poco en el olvido, aunke claro, al lado de esos colosos ke son Cernuda y Lorca, poco hueco le dejan, aunke sus poesías sean tan contundentes o más.
Por cier;hoy mismamente han sido descubiertas algunas cartas y documentos suyos ke no se conocían.
Me chifla "Se kerían".

El Deme dijo...

No tenía ni idea de esto que se cuenta aquí. Hay tanta historia oculta (maravillosa y triste a la vez) que necesita luz... Jolines, Pe-jota, cuánto se aprende leyéndote... Lo de la casa de Belintonia sí, es un culebrón madrileño muy curioso, nadie quiere salvarla, nadie quiere conservarla, está deteriorándose a marchas forzadas...

Landahlauts dijo...

Hay mucho y bueno en aquella generación que ha caído un poco en el olvido eclipsados por Lorca o Cernuda. Yo intento descubrirlos y me sorprendió hace tiempo tanto Aleixandre y, sobre todo, Altolaguirre.

Saludos.

Unknown dijo...

habrá que ver, leer, recuperar, al premio Nobel
por culpa de García Lorca y su Mariana Pineda, acabo de leer un comentario de Aleixandre sobre Lorca, en las obras completas de Aguilar, y simplemente me quedé atónito ante la luminosidad de un poeta hablando de otro poeta, allá por 1937, y mencionando, por cierto, al amor oscuro, que quizá se había perdido, entonces. gracias por el norte

Anónimo dijo...

Queridos amigos: Contestaré debidamente a mi querido amigo Vicente Molina Foix sobre el asunto Andrés Acero, del que he escrito, con los pocos datos que de él se saben, en más de una ocasión (ver mi estudio "Destino del hombre", por ejemplo, publicado por el Ayuntamiento de madrid en 1998). Es otro, sin embargo, el motivo de estas líneas: y es pediros a los responsables del blog (excelente por otra parte) que retiréis el poema que habéis colgado como perteneciente a Vicente Aleixandre, "Todo en la noche vive...", porque no es suyo. El excelente poema es del poeta mexicano Xavier Villaurrutia. Al César lo que es del César.
Muchas gracias por la rectificación,
Alejandro Duque Amusco

Justo dijo...

ADOLESCENCIA

Vinieras y te fueras dulcemente,
de otro camino
a otro camino. Verte,
y ya otra vez no verte.
Pasar por un puente a otro puente.
—El pie breve,
la luz vencida alegre—.

Muchacho que sería yo mirando
aguas abajo la corriente,
y en el espejo tu pasaje
fluir, desvanecerse.


Vicente Aleixandre

Es, bajo mi prisma, uno de los mejores poetas españoles de todos los tiempos. A mí es el que más me llega. Los poemas dedicados a la ciudad de Málaga me han hecho llorar más de una vez. Su musicalidad es milagrosa... desde luego bellísima, pero no la considero hermética.. no es Jorge Guillén, por ejemplo.

Espero que la casa de Velintonia se transforme en un lugar dedicado a su recuerdo. Me alegré mucho de que Vicente Molina Foix diera a conocer estos detalles de su biografía.

Un abrazo

Pilar dijo...

Fue tan intensa la poesía de las primeras décadas del xx que no todos fueron y son leídos en la medida que se merecen. Desde que lo leí por primera vez, me impresionó de él las imágenes que me transmitía, y te tengoq ue decir que siempre me pareció próximo a una sensibilidad que entonces yo reconocía como femenina. Qué distinto a sus coeténeos Guillén o Salinas. Una suerte para él su alejamniento de esa España. Me gusta de él el hilo emocional apasionado en sus palabras, por no entrar en el despiece injusto y hasta desaghradable cuando se habla de poesía. Me encanta.

Anónimo dijo...

Leed la Poesía sin preguntaros sobre la sexualidad del autor, reparad solo en la belleza de las palabras ¿es que añade algo a la gloria de Aeixandre el que fuera homosexual? ¿es que cambia algo el sentido de sus versos?.
Con ojos de niño se ha de leer la poesía.
El propio Federico lo dejó bien claro en su oda a Walt Whitman:
"...
porque por las azoteas,
agrupados en los bares.
saliendo en racimos de las alcantarillas,
temblando entre las piernas de los chauffeurs
o girando en las plataformas del ajenjo,
los maricas, Walt Whitman, te señalan.
¡También ese!, ¡También! y se despeñan
sobre tu barba luminosa y casta,
..."

Unknown dijo...

Hola des de Méxic:
Si, Andrés Acero existió y puedo dar algunos datos que me llegaron a través de mi madre, exiliada en México junto con mi padre. Ella en especial, era amiga de Andrés, al que siempre calificó de "muy guapo", pero muy desaliñado. Mi madre consideraba que tenía una depresión muy profunda desde que llegó a México y hablaba constantemente de suicidarse, cosa que intentó varias veces. El grupo de amigos que frecuentaban, prácticamente se reunían a diario, eran muy crueles con él (bueno, todo eran muy crueles unos con otros, era el ambiente muy "pasota" del momento, una manera de hacer frente a la derrota y al exilio). Cada día Andres pasaba por la casa de Diego de Mesa y su familia, donde "reinaba" la madre de Diego (Diego era hijo del poeta Juan de Mesa), una mujer que no recuerdo porque yo era muy pequeña, pero que parece que tenía una personalidad apabullante, ácida y rápida. La "abuela", como le decían los más íntimos le decía: Andrés, yo creo que si te bañaras y arreglaras un poco te sentirías mejor. Cuando se suicidó los amigos comentaban: finalmente lo logró.
Es una historia triste, no llegué a conocer a Andrés Acero, pero a mis casi setenta años recuerdo perfectamente esta historia que quiero compartir con quienes se interesan por el fenómeno del exilio republicano en México, y por quienes buscan que los derechos humanos se respeten siempre. Si esto ocurriera nos ahorraríamos muchas tragedias, como la de Andrés Acero: leyendo lo de su relación con Vicente Aleixandre no dudo de que su depresión fuera también producto de sus relaciones clandestinas con el poeta, más que imposibles por el hecho añadido del exilio
Montserrat Galí Boadella
Puebla