Maestro de Cabestany.
Cabeza humana Segundo tercio del s. XII.
Colección Oleguer Armengol Junyent (Barcelona)
Que Sant Pere de Rodes es singular, nadie lo niega, que es una pena que no se haya conservado cómo se han conservado Santes Creus, Sant Joan de les Abadesses o Poblet es una cosa que nadie puede poner en entredicho, y que sus ruinas poseen un influjo magnético tampoco, primero porque su presencia, en lo alto de la sierra de Verdera, impone, segundo porque viendo la monumentalidad de la iglesia nos hacemos mentalmente un intento por saber el aspecto y la magnificencia que tuvo.
Pues ahora, hasta el 28 de septiembre, recalan al Museo Nacional de Arte de Cataluña cuatro cabezas de mármol esculpidos por el Maestro de Cabestany que formaban parte de la puerta occidental de la iglesia del monasterio de Sant Pere de Rodes (el Port de la Selva, Alt Empordà). Una pequeña muestra del aspecto que debía de tener esta puerta de acceso a la iglesia.
Maestro de Cabestany.
Cabeza humana Segundo tercio del s. XII.
Museu d’Art de Girona. (Donación del Sr. Joaquim Cusí y de su hija Sra. Josefina Cusí, 1992)
EX UNGUE LEONEM
La reunión de las cuatro cabezas procedentes de la desaparecida portada de Sant Pere de Rodes permite mostrar al Museo Nacional la obra de uno de los escultores más singulares y sorprendentes del románico, bautizado por los historiadores del arte como Maestro de Cabestany. La presentación de este interesante conjunto de esculturas en mármol coincide con la celebración del Congreso Internacional de Románico dedicado al tema de los promotores en la época románica (Romanesque Art. Patrones and Procesees), que organiza el museo en colaboración con la British Archaeological Association.
"Ex ungue leonem", locució llatina, que setraduce " por la zarpa (se conoce) el león", alude al hecho de que el fragmento de un conjunto nos puede dar una imagen de la totalidad. Así, las piezas de mármol que ha reunido el Museo Nacional, fragmentos dispersos en diversas colecciones, Fitzwilliam Museum de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido, y en el Museo de Arte de Girona, nos dan una idea de cómo podía ser la portada del monasterio de Sant Pere de Rodes, una de las obras maestras del arte románico.
Las cuatro cabeza fueron realizados por el Maestro de Cabestany probablemente en el segundo tercio del siglo XII. Se caracterizan por su geometrización, a manera de cubos, y por su gran fuerza expresiva, uno de los rasgos más singulares de la obra de este artista extraordinario. Las cabezas presentan unos rasgos de pómulos angulosos, ojos en oblicuo, con los globos oculares destacados y sus extremos están marcados con golpes de taladro, también a veces aplicado en el cabello.
Maestro de Cabestany.
Cabeza humana Segundo tercio del s. XII.
Fitzwilliam Museum, Cambridge (U.K.)
El Maestro de Cabestany
El nombre dado al escultor y a su taller proviene de una de sus obras más representativas, el tímpano de la iglesia rosellonesa de Cabestany. Fue Josep Gudiol i Ricart el primero que definió su estilo y esbozó el alcance de su actuación, en el año 1944.
El estilo del Maestro de Cabestany es singular, fácilmente reconocible y basado en una figuración contundente. La fuerte personalidad de su obra ha provocado numerosos interrogantes e hipótesis sobre su taller y sobre la manera en la que vehiculó su producción.
La obra del Maestro de Cabestany está muy relacionada con talleres como los de Toulouse, tal y como queda patente en la cabecera de Sant Pere de Galligants o en Sant’Antimo, en la Toscana, donde las partes atribuidas al Maestro y a su círculo conviven con otras de innegable sello tolosano o languedociano. También podría entroncar con la escultura
desarrollada en centros de peregrinaje. De hecho, la mayor parte de su producción se sitúa en centros benedictinos y en puntos vinculados con las vías de peregrinación.
Una cronología controvertida
Cronológicamente, la relación con Toulouse y el carácter primigenio de algunas de sus obras hacen pensar en dataciones situadas en el segundo tercio del siglo XII. Se han desarrollado, sin embargo, hipótesis que sitúan el conjunto en fechas más cercanas a 1200, en base a comparaciones con la escultura del entorno de Pisa (también en la Toscana) y de Provenza.
De la Toscana a los Pirineos
La obra de este escultor y su taller ha sido localizada en el Mediterráneo occidental y los Pirineos, desde la italiana Toscana (donde destaca el capitel de Sant’Antimo) hasta Navarra (Errondo). Las dos regiones en las que se encuentra una mayor concentración de obras son Aude (Languedoc), alrededor de Carcasona, con piezas magistrales como el altar-sarcófago de Saint-Hilaire d’Aude, y el noreste de Cataluña donde, a parte de Cabestany y Sant Pere de Rodes, hay que citar la portada del Voló (Rosellón) y Sant Pere de Galligants, en Girona.
Dentro de esta trayectoria, la portada del monasterio ampurdanés constituyó el proyecto
más ambicioso que afrontaron el escultor y su taller.
Sus formas, cuidadas, juegan con las calidades del mármol, material muy valorado y que en la Catalunya del románico se utiliza solo en puntos muy concretos en Tarragona, Barcelona y en el Ampurdán, y más ampliamente en el Rosellón
Dossier de Prensa del MNAC
Maestro de Cabestany.
Cabeza humana Segundo tercio del s. XII.
Colección Particular
Organización y producción: Museu Nacional d’Art de Catalunya
Comisario: Jordi Camps
Salas de Arte Románico
+ Información:
http://www.museunacional.cat/ca
http://www.monestirs.cat/monst/aemp/ae42rode.htm
Museu d'Història de Catalunya / Sant Pere de Rodes
http://www.romanicobert.cat/web/guest/fitxa/-/fr/mestre_cabestany
http://ca.wikipedia.org/wiki/Mestre_de_Cabestany
3 comentarios:
És curiós com el mestre de Cabestany va ser capaç -dintre de l'ortodòxia romànica- de crear un estil propi ben definit que el podem reconèixer sense problemes.
És tot un plaer veure i reconèixer obres d'ell i aquesta notícia ens "obligarà" a apropar-nos a la secció de romànic del MNAC a la que hi fa temps que no hi anem.
La historia se nos cae a trozos, pero siempre hay alguien que se preocupa de salvar los restos del naufragio.
A mi el que em fascina d'aquests caps és la força expressiva de les cares, poc habitual (segons el que sé)en obres d'aquesta època.
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