Juan Gil-Albert puede claramente ser catalogado como uno de nuestros escritores secretos, un escritor que habiendo participado en las principales aventuras literarias de su tiempo, y habiendo escrito y publicado constantemente durante su larga vida activa (La fascinación de lo irreal es de 1927), sin embargo no goza del reconocimiento y popularidad que se le supondría. Cuando en 1972 publicó su antología "Fuentes de la constancia", esta causa asombro y muchos se preguntan el por qué del silencio entorno a su obra. El desconocimiento de Gil-Albert aunque nos parezca increíble, guarda una estrecha relación con su tendencia sexual, su homosexualidad será una losa sobre su obra, y con su exilio tras la Guerra Civil: en febrero de 1939 ingresó en el campo de concentración de Saint Ciprien, de donde salió a los quince días, junto a sus colegas de la revista Hora de España, hacia Perpignan y Poitiers, para embarcarse en mayo hacia México, donde conocerá a Máximo José Kahn con el que en 1942 inicia un viaje por América del Sur hasta 1945, y durante el cual compone poemas como “Las nubes”, dedicado a Cernuda, y otros muchos de Las ilusiones (su libro de poemas más unánimemente reconocido por la crítica)
Regresará a España en 1947, lo cual generará una actitud muy negativa por parte del exilio republicano. A partir de esta época no abandonará su quehacer literario, pero sí que comenzará un exilio interior y un cambio de tono en su poesía homoerótica, adoptando una visión más alusiva que explícita lo que le evtará problemas con la dictadura. La muerte de su cuñado le deja al cargo de cinco sobrinos y la de su padre, al cargo de su empresa, asunto para el cual no presentaba dotes, por lo que acabará suspendiendo pagos en 1954. Esta nueva situación de cierta aparencia socialmente aceptable para la época le permitirá seguir publicando, con cautela, y escribiendo a escondidas textos como Heraclés, un tratado sobre la homosexualidad que redacta en 1955 pero que no se atreverá a publicar hasta muchos años después coincidiendo con la muerte de Franco, 1975.
Gil-Albert una de las voces más interesantes de la literatura castellana del siglo XX, destacando por sus escritos memorialísticos y ensayísticoa y su incansable indagación sobre la naturaleza del yo poético. El acuerdo crítico sobre la crucial dimensión homosexual de su obra quedará remarcado por la opinión unánime de los más importantes poetas y pensadores homosexuales de nuestro tiempo como Leopoldo Azancot y Luis Antonio de Villena , sobretodo en la importancia y trascendencia que posee su "Heracles"
La homosexualidad de Gil-Albert es enormemente relevante en la historia de la literatura gay española, no por su homoerotismo, que al fin y al cabo es moneda común incluso entre escritores heterosexuales, ni tampoco por su identidad homosexual, sino por lo que podríamos denominar, con Edelman, homografesis, o sea, la peculiar inscripción homosexual de su escritura, que sigue siendo homosexual incluso cuando las marcas más externas (el homoerotismo, por ejemplo) son eliminadas de su superficie.
Misteriosa Presencia
Soneto I
Si unos tiempos mejores permitieran
que el amor que me inspiras exaltara,
como de nardos carnes en su vara,
unas trovas, alientos te ofrecieran.
Los susurros del campo juntos dieran
al resplandor que asomas en tu cara
violas, labios de amor, flautas que para
un mismo ¡ay! deseo te rindieran.
Pero no, que vedado la ley pía
ceño frunce a tan claro desatino
en mazmorras hundiendo la alegría.
Frondas en cambio presta el sano pino,
soledad, oros cautos muda vía
a este feroz impulso clandestino.
Soneto II
Mancebo que el amor por adornarte
cambió tu rumbo en mí pensando acaso,
no temiendo por ello su fracaso
que quererte fue cosa de mirarte.
¿Cómo no si era todo un anhelarte,
hasta encuentro casual que en el ocaso,
música fuimos dos que aún yo me abraso
rememorando sólo el escucharte?
Ve, dile tú si arrepentido muestras
ese camino inverso que me prestas,
que te libre en buen hora de mis alas.
Mas atiende, tu juventud temiera,
que librarte de mí, es bien pudiera
librarte al mismo tiempo de tus galas.
Soneto XI
Convulsión en tu pecho desviado,
desatada tormenta en tus raíces,
joven árbol poblado de perdices
sacudido un palor te hizo mi amado.
Ciervo adusto con arte apaciguado,
revelación sumida está en tamices,
las sombras de tus ojos más felices
van cayendo en los cuévanos del hado.
La turbación sellaste pura cosa
con el contacto núbil que adolece
de mutilar un lirio perpetrado,
mas invasora esencia, ¡cómo crece!
trasciende de los lindes de lo dado
porque en manos de gloria es vaporosa.
Soneto XIII
Que unos su ser ahoguen indefenso
por cubrir de las normas las entrañas,
y arrastren doloridos las patrañas
a multitud rogándoles consenso;
que aun otros de Platón su mito intenso
hablen panal de miel voces extrañas,
repercutido un eco de otras cañas
ya que el respeto veda un nombre denso;
unos y otros se honren mutuamente
reverencias tan falsas como fofas
cuadro fiel a su mundo componiendo,
mi camino me doy gozosamente
es mi vida, no puedo hacerla mofas
limpia así está la mano que tiendo.
Soneto I
Si unos tiempos mejores permitieran
que el amor que me inspiras exaltara,
como de nardos carnes en su vara,
unas trovas, alientos te ofrecieran.
Los susurros del campo juntos dieran
al resplandor que asomas en tu cara
violas, labios de amor, flautas que para
un mismo ¡ay! deseo te rindieran.
Pero no, que vedado la ley pía
ceño frunce a tan claro desatino
en mazmorras hundiendo la alegría.
Frondas en cambio presta el sano pino,
soledad, oros cautos muda vía
a este feroz impulso clandestino.
Soneto II
Mancebo que el amor por adornarte
cambió tu rumbo en mí pensando acaso,
no temiendo por ello su fracaso
que quererte fue cosa de mirarte.
¿Cómo no si era todo un anhelarte,
hasta encuentro casual que en el ocaso,
música fuimos dos que aún yo me abraso
rememorando sólo el escucharte?
Ve, dile tú si arrepentido muestras
ese camino inverso que me prestas,
que te libre en buen hora de mis alas.
Mas atiende, tu juventud temiera,
que librarte de mí, es bien pudiera
librarte al mismo tiempo de tus galas.
Soneto XI
Convulsión en tu pecho desviado,
desatada tormenta en tus raíces,
joven árbol poblado de perdices
sacudido un palor te hizo mi amado.
Ciervo adusto con arte apaciguado,
revelación sumida está en tamices,
las sombras de tus ojos más felices
van cayendo en los cuévanos del hado.
La turbación sellaste pura cosa
con el contacto núbil que adolece
de mutilar un lirio perpetrado,
mas invasora esencia, ¡cómo crece!
trasciende de los lindes de lo dado
porque en manos de gloria es vaporosa.
Soneto XIII
Que unos su ser ahoguen indefenso
por cubrir de las normas las entrañas,
y arrastren doloridos las patrañas
a multitud rogándoles consenso;
que aun otros de Platón su mito intenso
hablen panal de miel voces extrañas,
repercutido un eco de otras cañas
ya que el respeto veda un nombre denso;
unos y otros se honren mutuamente
reverencias tan falsas como fofas
cuadro fiel a su mundo componiendo,
mi camino me doy gozosamente
es mi vida, no puedo hacerla mofas
limpia así está la mano que tiendo.
mira, tanto que había oído hablar de gil-albert últimamente, pero no sabía nada de él, ni conocía ningún poema suyo. fantástico post.
ResponderEliminarQue unos su ser ahoguen indefenso
por cubrir de las normas las entrañas,
y arrastren doloridos las patrañas
a multitud rogándoles consenso
me ha gustado esto...
un abrazo.
LO INNOMBRABLE
ResponderEliminar¿Por qué estoy hoy alegre?
Sin motivo ninguno
oigo ascender por mí las acechanzas
de un fuego azul.
¿Sólo por esto?
Hay, también, lo invisible.
Nunca se sabe bien quién late dentro
de nuestra pervivencia.
No es el amor, no estoy enamorado.
No es que tenga dinero ni esperanzas.
Ninguna novedad, ningún alivio
ha llamado a mi puerta.
Y sin embargo es cierto, Oh certidumbre.
¿A qué se deberá que esté hoy el aire
tan fresco y matinal?
¿Que el color de la vida se me ofrezca
lleno de persuasión? ¿A qué secreto?
¿O tal vez a qué causa imprevisible?
Porque secreto no.
Todo está dicho ya.
Todo más que sabido.
La juventud se fue como un aroma
que impregnó cuanto somos.
Como un frasco vacío y transparente:
ya no queda secreto.
Ya no queda de mí más que esta idea
desnuda de la dicha,
la posesión del ser sin exigencias,
este frasco vacío,
esta felicidad.
Algo tan quebradizo y duro en cambio
que más vale callar sobre su alcance.
Una sola palabra bastaría
a disiparlo entero.
Juan Gil-Albert
Hmmm ... te cuento que con la lietratura no se de mucho (lo esencial) y siempre me gusta concoer mas y mas. Divago, pero estoy seguro de que nunca escuche de él hasta el día de hoy y, tienes que creerme, lo que me has plasmado me ha puesto atonito. Se ve hermoso y verdaderamente poético. No olvidare buscarlo en mi proximo viaje al centro de la ciudad (Ahora estoy equilibrando todo ... veo mas películas, ahora estoy leyendo - esta vez sobre un director, pero bueno ... gracias a ti ya se que leere despues - y por fin pude acercarme a una obra de Benjamin Britten, la cual hasta ahora me ha encantado. Ojala me pueda conseguir "Heracles".
ResponderEliminarCriss Cross
Apenas sabía de él, he de reconocerlo, por lo que agradezco doblemente que lo hayas traído a la luz.
ResponderEliminarSon intensamente sensuales sus sonetos. Una sensualidad elegante.
Un abrazo.
Pues interesante, por conocer algo más de él... pero la verdad que su poesía no me llega demasiado.
ResponderEliminarno lo conocía. hay historias que viven en la excelencia.
ResponderEliminarEs cierto, qué poco se conoce a este poeta. Me ha recordado el entramado sentimental de y con Jaime Gil de Biedma, del que seguramente publicaré algo en mi blog.
ResponderEliminarMuy interesante leerte.
Feliz puente a todos
Interesante escritor, no me sonaba, habrá que investigar...Yo es que me he quedado en Kavafis y Cernuda!!!
ResponderEliminarYo también te agradezco mucho que nos lo presentes, porque me temo que la mayoría lo conocíamos sólo de oídas.
ResponderEliminarMe han gustado mucho sus sonetos: ¡el uso del condicional es tan poético! Y la contraposición entre la naturaleza, libre y acogedora para los amantes, y las normas sociales, un recurso clásico y lógico de poetas homosexuales como, sin ir más lejos, Walt Whitman.
"Mancebo que el amor por adornarte
cambió tu rumbo en mí pensando acaso",
qué preciosa estrofa, me recuerda también a Aleixandre del que escribíamos el otro día -y no lo digo como demérito para Gil Albert-, sabes que de Aleixandre se está comenzando ahora a hablar abiertamente de su homo o bi-sexualidad, algo a lo que nunca se había aludido; así lo hace Vicente Molina Foix, quien le conoció bien, en su última novela, "El abrecartas".
Tantos escritores y poetas homosexuales que en aquella época tuvieron que soportar lo peor: pero nos quedan sus valiosas palabras.
¡Hombre!!!!!
ResponderEliminarEsto no puede ser solo una casualidad!!!!
Estuve dos semanas por tus tierras y justamente, una tarde de descanso madrileño, Elías me leyó el poema que comparte aquí tres_leches!!!! Y ahora que leo tu posteo hablás de Gil-Albert, una escritor que yo desconocía por completo hasta hace unos pocos días y que me ha gustado tanto.
No lo puedo creer!!!!!
Cuántos excelentes escritores como él habrán quedado en el olvido a lo largo de la historia?
Tal vez ni siquiera yo ingrese al panteón de la fama, juas.
Estoy realmente sorprendido.
Pikitos
ZekY's
Me pasa o mismo que Senses y tantos otros, había oído hablar bastante, pero lo conocía poco. Gracias por brindarnos ésta oportunidad para acercarlo un poco a todos.
ResponderEliminarPetons
que bonito:
ResponderEliminar"Si unos tiempos mejores permitieran
que el amor que me inspiras exaltara"
que lindo pe-
creo que esos tiempos mejores ya estan llegando..y algun dia todos los amores podran exaltarse sin reparos.....
y cuando digo todos..digo todos...incluidos otros que tambien se ocultan por prejuicios sociales, que se tapan o intentan ahogarse durante años.....
no conocia a este hombre...
una vez mas gracias por enseñarnos...