El bueno de Senses, cuyo blog
Diario de un viaje imposible ha acompañado la andadura del mio casi en paralelo y con quien me une una entrañable amistad, me hizo uno de esos regalos que a mi siempre me han gustado. Descubrirme un poema de Lorca que desconocía y que apareció publicado en Público con motivo del 75 aniversario del asesinato de Lorca y coincidiendo con la visita Vaticana (prefiero este título al Papal)
Grito Hacia Roma.
Manzanas levemente heridas por finos espadines de plata,
nubes rasgadas por una mano de coral
que lleva en el dorso una almendra de fuego,
Peces de arsénico como tiburones,
tiburones como gotas de llanto para cegar una multitud,
rosas que hieren
Y agujas instaladas en los caños de la sangre,
mundos enemigos y amores cubiertos de gusanos
caerán sobre ti. Caerán sobre la gran cúpula
que untan de aceite las lenguas militares
donde un hombre se orina en una deslumbrante paloma
y escupe carbón machacado
rodeado de miles de campanillas.
Porque ya no hay quien reparte el pan ni el vino,
ni quien cultive hierbas en la boca del muerto,
ni quien abra los linos del reposo,
ni quien llore por las heridas de los elegantes.
No hay más que un millón de herreros
forjando cadenas para los niños que han de venir.
No hay más que un millón de carpinteros
que hacen ataúdes sin cruz.
No hay más que un gentío de lamentos
que se abren las ropas en espera de la bala.
El hombre que desprecia la paloma debía hablar,
debía gritar desnudo entre las columnas,
y ponerse una inyección para adquirir la lepra
y llorar un llanto tan terrible
que disolviera sus anillos y sus teléfonos de diamante.
Pero el hombre vestido de blanco
ignora el misterio de la espiga,
ignora el gemido de la parturienta,
ignora que Cristo puede dar agua todavía,
ignora que la moneda quema el beso de prodigio
y da la sangre del cordero al pico idiota del faisán.
Los maestros enseñan a los niños
una luz maravillosa que viene del monte;
pero lo que llega es una reunión de cloacas
donde gritan las oscuras ninfas del cólera.
Los maestros señalan con devoción las enormes cúpulas sahumadas;
pero debajo de las estatuas no hay amor,
no hay amor bajo los ojos de cristal definitivo.
El amor está en las carnes desgarradas por la sed,
en la choza diminuta que lucha con la inundación;
el amor está en los fosos donde luchan las sierpes del hambre,
en el triste mar que mece los cadáveres de las gaviotas
y en el oscurísimo beso punzante debajo de las almohadas.
Pero el viejo de las manos traslucidas
dirá: amor, amor, amor,
aclamado por millones de moribundos;
dirá: amor, amor, amor,
entre el tisú estremecido de ternura;
dirá: paz, paz, paz,
entre el tirite de cuchillos y melones de dinamita;
dirá: amor, amor, amor,
hasta que se le pongan de plata los labios.
Mientras tanto, mientras tanto, ¡ay!, mientras tanto,
los negros que sacan las escupideras,
los muchachos que tiemblan bajo el terror pálido de los
directores,
las mujeres ahogadas en aceites minerales,
la muchedumbre de martillo, de violín o de nube,
ha de gritar aunque le estrellen los sesos en el muro,
ha de gritar frente a las cúpulas,
ha de gritar loca de fuego,
ha de gritar loca de nieve,
ha de gritar con la cabeza llena de excremento,
ha de gritar como todas las noches juntas,
ha de gritar con voz tan desgarrada
hasta que las ciudades tiemblen como niñas
y rompan las prisiones del aceite y la música,
porque queremos el pan nuestro de cada día,
flor de aliso y perenne ternura desgranada,
porque queremos que se cumpla la voluntad de la Tierra
que da sus frutos para todos.
Federico García Lorca
Es increíble como esta crítica lanzada en su día, por el poeta granadino, contra Pio XI y la cúpula vaticana presenta una total y absoluta vigencia, la cual es analizada por
Ian Gibson y
Luis García Montero.
Impresionante poema... y actual!
ResponderEliminarBueno, es casi imposible que no me guste un poema de Federico García Lorca, pues que para mí es uno de los principales poetas del Mundo.
ResponderEliminarEste aquí es una gran obra, como toda su producción.
Cuanta razón tenía Federico...
ResponderEliminarEl de blanco y sus esbirros de negro, siguen a sus anchas...
Y los que veneran a esa gentuza.. ganarán, el domingo.....
Feliz lunes.....
Sí que es actual sí, hasta sale el mierdecilla de Rubalcaba:
ResponderEliminar"al pico idiota del faisán"...
Bss
Grande Lorca
de una vigencia que asusta lo poco que ha cambiado todo.
ResponderEliminargracias por tus palabras, el sentimiento es recíproco.
un abrazo.
Sobrecogedor. Simplemente.
ResponderEliminarUn abrazo y...gracias
Lorca nunca acaba de sorprenderme y gustarme. Mientras que algunas cosas a lo largo de mi vida dejaron de gustarme y otras me empezaron a gustar, la poesía de Federico siempre me ha acompañado. Y cuando leo poemas como este, que yo tampoco conocía y que es casi un puñetazo, entiendo porqué me ocurre así.
ResponderEliminarEs tremendo...
ResponderEliminarMe ha encantado esto:
"Los maestros enseñan a los niños
una luz maravillosa que viene del monte;
pero lo que llega es una reunión de cloacas
donde gritan las oscuras ninfas del cólera."
Tenemos que estar unidos...
El amor está en cualquier rincón del mundo menos en la Plaza de Cibeles y en el aeródromo de Cuatro Vientos repletos de multitud (donde se apiñan el rencor y la intolerancia enorbolados en banderas multicolores).
ResponderEliminarLorca siempre me conmueve hasta la médula.
ResponderEliminarPor decir lo que dice lo asesinaron.
Y acabo de tener la sensación de que sus asesinos andan sueltos, P-Jota.
No se puede bajar la guardia.
Este hombre conseguía milagros con las palabras. Yo me veo incapaz, pero es lo que hacen los grandes poetas: milagros con las palabras, mucho más conmovedores que los de los santos.
ResponderEliminarPetons!
pell de gallina......i tot i aixis continuarem callats, tancats a casa, mandrossament convatius, no sigui pas que perdrem el que encara no hans en pres.
ResponderEliminar!! llastima!!
Qué placer y qué tristeza
ResponderEliminarme da siempre Lorca:
"No hay más que un millón de herreros
forjando cadenas para los niños que han de venir".
Muchos abrazos, querido Javier.