Bajo el Signo de Libra: Julio Romero de Torres (1874

Retrato del pintor Julio Romero de Torres

Foto Cervera

Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid

Tras el colapso de 1898 España se enfrenta a una crisis de identidad que se verá reflejada en el mundo del arte. Al tiempo que que ha de buscar una voz propia ante las nuevas tendencias artísticas que se gestaban en el resto de Europa. Sobre todo en París, en aquellos momentos epicentro de la modernidad. La facilidad para viajar junto a la prensa y revistas, las cuales dan contada cuenta de las nuevas corrientes, empujan a nuestros creadores a buscar un nuevo lenguaje que se encuentre a la altura del legado de los grandes maestros del pasado y que, a la vez, esté en sintonía con las corrientes estéticas del momento. Este fue el ambiente en que Julio Romero de Torres vivió y desarrolló su obra.

Julio Romero de Torres

¡Mira qué bonita era! (1895)

Museo Julio Romero de Torres, Córdoba

Julio Romero de Torres

Conciencia Tranquila (1897)

Museo de Bellas Artes de Asturias, Oviedo

Julio Romero de Torres

Mal de amores (h. 1905)

Museo de Bellas Artes de Córdoba

Julio Romero de Torres

Nuestra Señora de Andalucía (1907)

Museo Julio Romero de Torres, Córdoba

Julio Romero de Torres

Amor Místico y Amor Profano (1908)

Palacio de Viana, Córdoba

Julio Romero de Torres

Musa gitana (1908)

Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, Sevilla

Julio Romero de Torres

La consagración de la copla (1911-12)

Fundación Prasa, Córdoba

Julio Romero de Torres

Paisaje abierto al barandal de la ribera (1912)

Colección Banco de Santander

Julio Romero de Torres

Venus de la poesía (1913)

Museo Julio Romero de Torres, Córdoba

Julio Romero de Torres

El Pecado (1914)

Museo Julio Romero de Torres, Córdoba

Julio Romero de Torres

La Gracia (1914)

Museo Julio Romero de Torres, Córdoba

Julio Romero de Torres un pintor de gran éxito, a la vez que amado por unos y denostado por otros, alabado por grandes figuras del mundo cultural como Ramón maría del Valle Inclán, Ramón de la Serna o los hermanos Machado. Romero de Torres no se sometió a ninguna norma estética, asumió las nuevas corrientes y las combinó con la tradición clásica española y las influencias de Goya y de los pintores renacentistas, creando un mundo sin ningún complejo. Así que sin complejos ni prejuicios, huyendo de los tópicos, es cómo hemos de acercarnos a la obra de este renovador junto a Zuloaga y Sorolla del arte español, descubriendo cómo utilizó sus pinceles como un arma de denuncia social.