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sábado, junio 01, 2024

Théodore Géricault y Los Caballos

 
 
Théodore Géricault
Cinco caballos vistos desde la grupa en un establo (1811-12)
Museo del Louvre, París
 
Théodore Géricault (1791-1824) Uno de los motivos más recurrentes en la obra pictórica de Théodore Géricault es la presencia, casi podríamos decir que omnipresente de los caballos.
 
Caballos ingleses, caballos militares, carreras de caballos, retratos de cabezas, grupas, retratos ecuestres, toda una extensa galería de equinos. Sobre este tema, el poeta Théophile Gautier escribió en 1848 "desde los frisos del Partenón, donde Fidias hizo desfilar sus largas cabalgatas, ningún artista ha plasmado el ideal de perfección equina como Géricault". Afirmación, a mi entender, un tanto exagerada, aunque no falta de cierta razón, ya que a parte de los pintores británicos, no hay en el arte occidental una tan extensa representación equina.

Théodore Géricault
Boceto para retrato ecuestre de un Oficial de Cazadores Montados de la Guardia Imperial, cargando (1812)
Museo del Louvre, París
 
Théodore Géricault
Caballo árabe gris y blanco, también conocido como Caballo Blanco (1812-14)
Museo de Bellas Artes, Ruan
 
Théodore Géricault
Caballo rampante con mantilla roja llamado Tamerlan (1814)
Museo de Bellas Artes, Ruan

Théodore Géricault
Caballo herido en un campo de batalla (1814)
Colección Privada

Théodore Géricault
Zapador del 1er Regimiento de Húsares (1814)
Colección Privada

Théodore Géricault
Caballo retenido por esclavos (1817)
Museo de Bellas Artes, Ruan

Théodore Géricault
Carrera de caballos libres en el Corso Romano (la ripresa), 1817
Palacio de Bellas Artes de Lille

Théodore Géricault, 
Episodio de carrera de caballos libres (La Mossa), 1817
Colección Privada
 
Desde su formación con el pintor de caballos Carle Vernet y luego en el taller de Pierre Guérin, Géricault siguió afirmando su pasión por el mundo ecuestre. Produciendo decenas de pinturas y cientos de dibujos de caballos, desde simples bocetos hasta láminas magistrales, donde explora fanáticamente la anatomía ecuestre, la expresividad de los caballos, desde el nacimiento hasta la muerte, la guerra, el trabajo, la miseria. El establo –un espacio específico de la creatividad de la generación romántica– acaba convirtiéndose para Géricault en un lugar de sus experiencias estéticas.
 
Théodore Géricault
Dos Caballos, l’accolade, 1820
Museo d’Ixelles, Bruselas
 
Théodore Géricault
Paisaje de la costa de Inglaterra (1820-21)
Colección Privada

Théodore Géricault
Dos caballos en el establo (1820-21)
Museo del Louvre, París

Théodore Géricault
Caballo del carbón (1821)
Colección Privada

Théodore Géricault
Estudio preparatorio para el Derby de Epsom (1821)
Kristin Gary Fine Arts, Nueva York

Théodore Géricault
Caballo muerto tirado en la playa (1821)
Colección Privada
 
Théodore Géricault
Mazeppa (1822-23)
Colección Privada
 
 
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