Segundo Premio de Roma en 1845, Alexandre Cabanel (1823-1889) permaneció cinco años en la Villa Médicis, donde desarrolló una paleta de gran claridad, a la manera precisa y refinada del modelo heredado de la gran escuela clásica representada por Ingres, que había dirigido la institución romana pocos años antes. En 1847, trabajó en la representación del ángel caído descrito por Milton:
"Por su orgullo cae arrojado del cielo con toda su hueste de ángeles rebeldes para no volver a él jamás. Agita en derredor sus miradas, y blasfemo las fija en el empíreo, reflejándose en ellas el dolor más hondo, la consternación más grande, la soberbia más funesta y el odio más obstinado (...) Nueve veces habían recorrido el día y la noche el espacio que miden entre los hombres desde que fue vencido con su espantosa muchedumbre, revolcándose en medio del ardiente abismo aunque conservando su inmortalidad. Condenado quedaba empero a mayor despecho, toda vez que habían de atormentarle el recuerdo de la felicidad perdida y el interminable dolor presente. Dirige en torno funestas miradas que revelan inmensa pena y profunda consternación, no menos que su tenaz orgullo y el odio más implacable; y abarcando cuanto a los ojos de los ángeles es posible contempla aquel lugar, desierto y sombrío, aquel antro horrible cerrado por todas partes y encendido como un gran horno. Pero sus llamas no prestan luz y las tinieblas ofrecen cuanto es bastante para descubrir cuadros de dolor, tristísimas regiones, lúgubre oscuridad, donde la paz y el reposo no pueden morar jamás, donde no llega ni aún la esperanza, que dondequiera existe. Allí no hay más que tormentos sin fin, y un diluvio de fuego alimentado por azufre, que arde sin consumirse."
Milton, El paraíso perdido, canto I
El ángel caído es su segunda envío, y constituirá una gran decepción para el joven pintor, ya que será muy maltratada por la institución debido a sus formas manieristas y a que el enfoque romántico de la obra se alejaba de la línea estética a seguir por el Salón de Roma.
En 1863 Cabanel pasará a ser miembro de la Academia de Bellas Artes de París y nombrado profesor de la Escuela de Bellas Artes. Pero Cabanel seguirá siendo fiel a Milton, y ahora trabaja bajo la el amparo del paraguas del Instituto. En 1867, presentará un gran Paraíso Perdido 11 metros de altura, el cual había sido encargado por el Maximilianeum de Múnich a petición de Louis II de Baviera. Esta pintura, quizás la más ambiciosa de la artista, fue destruida en 1945 durante los bombardeos, pero logró ser restaurada gracias a los numerosos bocetos, estudios y reproducciones a menor escala que de él existían.
Entre ellos destaca uno donde el artista se centra en la figura de Adán. En un ambiente de selva, el primer hombre está sentado, apoyado contra un árbol en una posición de abandono, los músculos relajados, la cabeza ligeramente inclinada hacia adelante, una figura inmersa en las sombras, con un aire romántico y casi melancólica. En un bello contraste de luz y sombra, la luz parece provenir de la parte posterior de la composición para envolver la silueta y la forma con un halo alrededor del cuerpo del primer hombre que parece ser la fuente de luz. Nos encontramos ante un hombre cansado y derrotado, pero no exento de sensualidad, la representación de Adán es tratada con firmeza, sin afectación. La visión de Adán como un ser de accidentada belleza, la belleza de la ausencia, la de un ángel caído.
Adan y Eva quizas perdieran el paraiso.
ResponderEliminarLo que nos pierde son los detalles.
Habrase visto un enlace a fumbol en Bajo el signo de libra.
Creerlo no puedo.
Por Sant Guardiola.
Pintor prodigioso de los tantos que fueron oscurecidos por las vanguardias y los ismos aun incipientes pero que no por eso dejan de ser prodigiosos.
ResponderEliminarUn abrazo
Felicitaciones poo este culto blog, el mejor español.Es prueba que los gays tenemos sen sibilidad y no solo gustan de la pornografia.Sugiero AlmaTadema en el futuroUn abrazo
ResponderEliminarNo sé si son más bellas las imágenes o el texto... éste es deslumbrante.
ResponderEliminarCuánto inspiran los ángeles caídos, ¿verdad? En Madrid presumimos de tener uno, en el Retiro.. creo que sólo hay dos estatuas dedicadas a Satán en el mundo, claro que dicho así.. no es Satán en realidad, es el Ángel Caído, y con eso es más fácil identificarse...
Un blog bello y culto Bajo el signo de Libra, desde luego, no nos cansamos de repetirlo, dicho sea lo de culto sin ningún timbre de desdén como a veces se suele hacer, todo lo contrario, la cultura como goce de conocimiento, de sorpresa, de innovación, de mantenimiento, también del mejor legado... pero ah, yo admitiendo mi sorpresa por la imagen futbolera, lejos de reprocharte te digo que me ha alegrado verlo, porque hay momentos colectivos a los que no podemos sustraernos.. y Pe-Jota tiene su corazoncito.. ¿no es así?
He llegado aquí por casualidad, buscando cuadros de Paula Rego, y ya tengo ganas de quedarme para siempre
ResponderEliminarQuedas invitado/a a mi blog, y con tu permiso me seguiré pasando
un placer
jo...
ResponderEliminaryo tpc quiero repetirme, la belleza de Cabanel, Milton, que estuvo en la genésis de mi blog en cierta forma, eres el Mejor.
y Adán perdido, confuso, en este paraíso perdido.
un abrazo.
Bella-bellísima esta entrada.
ResponderEliminarExquisito.la prosa donde nos ilustra milton.fuente de inspiración para cabanel..una descripción verdadera y exacta del sendero qliphotico
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