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“¡Ay de mí! En otro tiempo, desdichado, el más querido de mis compañeros,
tú mismo en mi propia tienda me traías la comida gustosa
enseguida y con diligencia, cuando se apresuraban los aqueos
por llevar a los troyanos, domadores de caballos, la dolorosa guerra.
Y ahora yaces atravesado, mientras mi corazón
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se priva de comida y bebida, que han quedado guardadas,
por tu pérdida. No sufriría nada peor
ni que supiera que mi padre ha muerto,
quien tal vez ahora en Ptía derrama tiernas lágrimas
por la ausencia de su hijo que, en un país extranjero,
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a causa de la funesta Helena, lucha contra los troyanos;
ni que (hubiese muerto) mi querido hijo que se cría en Esciro,
si todavía vive, Neoptolemo, igual a un dios.
Antes por el contrario mi espíritu guardaba en el pecho la esperanza
de que yo moriría lejos de Argos, rica en caballos,
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aquí, en Troya, y que tú navegarías hacia Ptía,
y a mi hijo en una veloz nave negra
conducirías de Esciro y le mostrarías cada una de mis cosas,
mis posesiones y criadas, y mi gran casa de alto techo”.
Homero "Ilíada XIX, 315-330
No hay nada como una buena amistad para entender lo frágiles que somos si se pude perder en cualquier momento. Cuidemos los amores y pongamos todas las vendas que hagan falta para evitar infecciones.
ResponderEliminarMe encantaría vivir unos dias aquella época con esas faldas, esos cuerpos, pero sobre todo con esa sensibilidad.
ResponderEliminar¡Ay, que bonito!
Que bonita historia griega, cuando el amor entre dos hombres se vivía de forma casi más nutural que hoy en día.
ResponderEliminarBesos
pero bueno, has estado descansando o escribiendo posts?
ResponderEliminar...feliz año nuevo...
Mi querido Pejota,
ResponderEliminarFeliz AÑo, y lo mejor para este 2009. Que sigamos conociendo, aprendiendo y divirtiéndonos en esto de la blogosfera.
Besos mexicanos!
Pura belleza clásica en forma y fondo. Y cuánto que aprender.
ResponderEliminarQué maravilla el kilix.
Yo coincido con Luz de Gas, tuvo que ser I M P R E S I O N A N T E.
ResponderEliminarPero como toca vivir en esta, pues a aprovecharla al máximo.
Muacsss
No te sorprendes, porque tampoco el afecto de Aquiles a Patroclo se limitó a sentarse enfrente
ResponderEliminarEsperando que el Eácide acabara de cantar*
Sino que también el placer era el intermediario de su amistad. En todo caso, cuando Aquiles lementaba la muerte de Patroclo, su dolor incontrolado le hizo gritar la verdad y dijo:
Llorando conservé el respeto por mis relaciones íntimas con tus muslos.**
Y los que los griegos llaman jarareros creo que no son otra cosa que amantes descarados. Tal vez alguien aduzca que estas cosas son vergonzosas de decir, pero, por la Afrodita de Cnido, es verdad.
Luciano: Amores en Obras III (Gredos)
* Ilíada IX 191
** ESQUILO, Frag. 136, probablemente de Mirmidones.
He leído la Iliada, el dolor que Aquiles experimenta a la muerte de Patroclo es terrible en su fuerza y en sus consecuencias.
ResponderEliminarEspantoso final para el infeliz Hector, víctima de un error.
Patroclo y Aquiles, un amor clásico que no podía tener palabras más bellas para ser contado. Un abrazo.
ResponderEliminarRegades de llàgrimes van quedar les sorres, regades de llàgrimes es veien les armadures dels homes. I Aquil•les va començar entre ells el dol del funeral col•locant les seves mans sobre el pit del seu amic i dient:
ResponderEliminar! Alegra't, oh Pàtroclo, encara que estiguis a l’ Hades! Ja vaig a complir el que et prometé: he portat arrossegat el cadàver d’Héctor que lliuraré als gossos perquè ho trossegin cruelment i degollaré davant la teva pira a dotze fills de troians il•lustres, per la còlera que em va causar la teva mort !.
Quant dolor, quant d’amor....
Homero... maravilloso, verdaderamente MARAVILLOSO...
ResponderEliminarYo como siempre, consecuente en mi afán de elgir lo que nadie, soñaba desde chiquito con Patroclo, ay que los demás se disputen a Aquiles....
ResponderEliminarEstaré mal???