miércoles, diciembre 03, 2008

Stefan Anton George

 
Stefan George
Jacob Hilsdorf, Fotografie, ca. 1899, Bingen
Stefan George Archiv
 
El poeta alemán Stefan George, el más importante de los simbolistas alemanes, nació en 1868 en el pueblo de Büdesheim, cerca de Bingen, una pequeña pero antigua ciudad junto al Rin. Cursará estudios de filosofía e historia del arte en las universidades de Darmstadt, Berlín, Munich y París. Será en París donde conocerá a los poetas simbolistas franceses, hecho que le marcará definitivamente, sobre todo a Stéphane Mallarmé, que se convirtió en su modelo literario. Mallarmé sostenía la convicción de que la interpretación órfica de la tierra es tarea exclusiva del poeta y que todo lo que es sagrado y ha de seguir siéndolo debe envolverse de misterio, lo cual supuso una revelación tremendamente atractiva para el joven George. En esta gira europea también tomará contacto con los prerrafaelista ingleses. De regreso a Alemania se inscribirá, durante tres cursos, en la Universidad de Berlín. Mientras tanto, se iba formando el cada vez más famoso y elitista Círculo de George (Georgekreis) de amigos del poeta, que pensaban como él. Este círculo se nutría fundamentalmente de amigos de su edad, que se trataban con él en pie de igualdad, como si intuyesen la situación que se iba a dar, la de un augusto maestro George, venerado por discípulos mucho más jóvenes. Rebeldes frente al realismo de su tiempo y dedicados a renovar la poesía alemana, querían purificar la lengua literaria y devolverle sensualidad sonora y el espíritu del clasicismo griego. Publicó sus obras y las de sus amigos en su propia revista, Blätter für die Kunst (Hojas para el arte), que aparecía sin ninguna regularidad y que continuó hasta 1919. 
 
Su vida sentimental y afectiva será fundamental para entender sus obras más significativas, "Algabal" de 1892 obra dedicada a Ludwig II de Baviera (un importante icono homosexual de principios del S. XX), en la que describe un reino subterráneo y artificial más bello que el natural. Y "Maximin" de 1906. Aunque es bueno recordar, entorno a este autor, el hecho de que su conocida homosexualidad ha sido eludida de forma contumaz por los estudiosos, y sin embargo es fundamental a fin de entender ciertas actitudes. Por otra parte hemos de tener presente que sus relaciones no llegaron a sobrepasar el concepto platónico de la guía espiritual y la contemplación estética, que suscribió sin duda en parte debido a las convenciones sociales pero también por disciplina artística.
 
Hugo von Hofmannsthal, 1893
 
Las fuertes emociones de George se tradujeron en relaciones con hombres más jóvenes, a los que éstas perturbaban, tal y como se acredita con el caso de Hugo von Hofmannsthal. George sólo tenía 23 años cuando conoció a este precoz y todavía más joven poeta austriaco (acabaría haciéndose famoso gracias a sus colaboraciones con Richard Strauss, siendo el libretista de las óperas "Elektra" y "El caballero de la Rosa" entre otras, así como miembro cofundador del Festival de Salzburgo junto a Max Reindhart), que sólo tenía 17 años. Lo que de verdad ocurrió no se sabe con demasiada exactitud, pero está claro que sus relaciones fueron tumultuosas, a pesar de lo cual mantuvieron correspondencia durante unos cuantos años. 
 
Friedrich Gundolf c. 1900
 
Otro amigo de George, con quien inicialmente las cosas fueron mejor pero acabaron relativamente mal fue el germanista Friedrich Gundolf, de quien George fue un apasionado mentor en la adolescencia y su más ardiente defensor, ya adulto cuando, casi llegando a los cuarenta, decidió casarse a pesar de la desaprobación de George produciéndose la ruptura entre ellos en 1926, Gundolf fue uno de los más importantes académicos de la Repúblia de Weimar, sus trabajos sobre literatura fueron novedosos, al centrarse en en los efectos que la literatura ejercían sobre la sociedad de sus tiempo. Entre 1916 y 1920 sería profesor en la famosa Universidad de Heidelberg. En 1921, curiosamente, Gundolf de origen judío sería profesor de Goebbels además de su supervisor de su tesis doctoral, moriría de cáncer en 1931. En 1933 el régimen Nazi prohibió sus obras. 
 
C. A. Klein, Friedrich Gundolf, Stefan George, Berlin
Melchior Lechter, Berlin c. 1900
Stefan George Archiv
 
Lo que acabó siendo la relación amorosa más apasionada, más maldita por los hados, y también poéticamente, la más fructífera, empezó en 1902, cuando se acercó a un muchacho en una calle de Múnich. Maximilian Kronberger, un estudiante de humanidades de 14 años de edad que se sintió halagado cuando un hombre que le había estado mirando se dirigió a él y le pidió permiso para hacer un boceto de su "interesante" cabeza. Al día siguiente, George consiguió tomar una fotografía del muchacho pero según parece, desde entonces le falló el valor, puesto que no intentó volver a verse con él hasta casi un año después. Cuando se produjo su siguiente encuentro, casualmente, Kronberg averiguó que George era poeta y, cuando sus respetables padres lo aceptaron, se siguieron viendo regularmente en una relación no siempre exenta de tensiones, el joven era también poeta, pero de una clidad más que mediocre, lo cual no importó para que Stefan George le apoyase y enalteciese de forma incondicional hasta la muerte del joven Kronberger, la cual se produjo de una enfermedad fulminante el día siguiente de su decimosexto cumpleaños. Surgió de ahí una glorificación poética a veces comparable al monumento literario que Dante erigió a Beatriz, pero que recuerda más a la deificación que Adriano hizo de Antinoo. Este es el origen de su obra "Maximin", todo un canto de amor.
 
Frontispicio del libro conmemorativo de Maximin
Desnudo de espaldas de Maximilian Kronberger de 1903
Fotografía realizada personalmente por Stefan George  
 
Comprende que sus ojos alumbraban con los sueños distantes,  
Como los de quien cuida el feudo sagrado y conocía  
En cada espacio la respiración del final de la vida -  
Ahora con su cabeza elevada para su júbilo ha venido.  
El frío y bosquejado año prologaba su acción,  
Una marea vernal de amaneceres que produjeron maravillas,  
Con manos floreciendo, con los trémulos reflejos en su pelo  
Un dios apareció y caminó hasta el interior de su puerta.  
Únanse en la alegría, ahora no habrá mas oscuridad.  
Y se ruboriza por una edad cuyo oro está volando: 
La llamada de un dios a quien ha oscurecido, 
Un dios que te había besado.  
Tampoco pudo elegir un amanecer mas prolongado 
Propaga todos los días de evocaciones inútiles....  
¡Elogien su ciudad donde un dios ha nacido!  
¡Elogien su edad en la cual un dios ha respirado! 
 
Percy Gothein, Stefan George, Erich Boehringer, Ernst Gundolf, Ernst Glöckner, Berthold Vallentin, Woldemar von Uxkull-Gyllenband, Ludwig Thormaehlen, Friedrich Gundolf (de izquierda a derecha), 1919, Heidelberg
George-Kreis, Heidelberg, Pfingsten 1919
Stefan George Archiv
 
Este gesto forzado y la sobreinterpretación condicionaban todo lo que George escribía, distorsionado por el recuerdo de su amor por Maximilian. Sus sentimientos espontáneos por un adolescente se expresan mejor en los versos que, nuevamente enamorado, escribió al joven Hugo Zernik, que contaba con 14 años de edad:
  
Mi niño volvió a casa  
El viento marino se enreda en su pelo,  
Sus andares todavía se mecen 
Con los miedos conquistados y los jóvenes deseos en búsqueda  
El salitre salpica  
Para broncear y quemar la flor de sus mejillas: 
Frutas que maduran rápidamente  
En olor salvaje y llama de soles extranjeros.  
Sus ojos son graves  
Con secretos, que nunca aprenderé,  
Y débilmente velados, desde una primavera que entró en nuestra helada.  
Tan amplio el influjo 
Que tímidamente me retracté de mi fija mirada,  
Y me abstuve  
De labios que habían escogido labios.  
Mi brazo retenidos  
Uno que indiferente por mí, crece y florece 
Para otros mundos  
Mi propio mundo y con todo, ¡qué lejos de mí! 
 
George no sólo convirtió a Maximilian en un mito sino que también lo utilizó como emblema de sus nuevos rumbos, expresados en su poesía más ambiciosa, contenida en su volumen Der Siebente Ring (El séptimo anillo), publicado en 1907. Desde ahora, el objetivo de George no era el arte en sí mismo, sino una visión política formada por oposición a un tiempo y a una sociedad a las que consideraba viles y decadentes, un mundo espiritualmente nulo de utilitarismo comercial en que se daban políticas de poder brutales, adornadas de frases meramente decorativas.
 
Klaus Mann c.1932
 
George, que se había opuesto a la realidad de un Imperio alemán dominado por los prusianos, que contrastaba con su propia idea de Alemania, no se dejó arrastrar por el entusiasmo de sus compatriotas cuando estalló la Primera Guerra Mundial, en 1914; la derrota de 1918 no hizo sino confirmar sus temores. En los turbulentos años de la posguerra, George fue un auténtico referente para una buena parte de los miembros de las generaciones más jóvenes, tales como Klaus Mann, quien declaró:
 
"mi admiración por él no conoció límites. Le veía como líder y profeta, como la figura sacerdotal cesárea con la que él se presentaba. En medio de una civilización bárbara y corrompida, personificaba la dignidad humana y la artística; en él se unían la disciplina y la pasión, la gracia y la majestad. Todos sus gestos eran los de un personaje ejemplarizante, programático. Diseñó su propia biografía como la de un mito: su romance, el joven Maximilian era el núcleo de una filosofía que constituyó una revelación para su círculo de discípulos. En el misterio de Maximilian se daban cita la reunificación de moral y belleza. Aquí hallé la reconciliación del ethos griego con el cristiano. Stefan George tenía una mente sumamente rigurosa que -me parece- había resuelto el conflicto fundamental analizado por Heinrich Heine con intuición y perspicacia, el que subyace como leitmotiv trágico a toda la obra de Friedrich Nietzsche. Mi juventud venera a Stefan George el Templario, cuya misión y designio se describen en su poema. Cuando la negra ola del nihilismo amenazaba con devorar nuestra cultura, llegó él, el militante profético, el inspirado caballero." 
 
Aparentemente, existen sin lugar a duda ciertas similitudes entre un programa de reforma jerárquica de George basado en una nueva aristocracia de la mente y el espíritu y la ideología de los movimientos fascistas que empezaban a florecer en diferentes países europeos durante los años veinte del siglo pasado. Sobretodo si tenemos en cuenta obra "El nuevo reino" (1928), inspirada por Hölderlin, en la cual evoca la visión de una Alemania nueva basada en un idealizado mundo clásico. Esta visión fue utilizada por los nazis que intentaron hacer de George un profeta del nuevo estado. Aunque debido a sus actitudes y a sus sentimientos jamás se identificó con el nazismo, aún más cuando algunos de sus seguidores abrazaron la causa con entusiasmo mientras que otros, como su amigo más antiguo, el poeta judío Kart Wolfskehl, se vieron obligados a exiliarse. Todo esto llevará a George, que ya se hallaba gravemente enfermo a declinar avergonzado los honores con que los nuevos gobernantes intentaron ganarse su apoyo, y con un elocuente silencio abandonó Alemania para exiliarse en Suiza donde murió el 4 de diciembre de 1933 en Locarno, en el cantón de Tesino.
 
"Estamos tan lastimados"
 
Estamos tan lastimados  
que creemos morir  
si la calle nos arroja una palabra maligna.  
La calle no lo sabe,  
pero ella no soporta tal carga;  
no está habituada a ver que se descerraje sobre ella  
un Vesubio de dolores.  
Los recuerdos de tiempos antiquísimos están extirpados  
para ella,  
desde que la luz se hizo artificial  
y los ángeles juegan sólo con pájaros y flores,  
o sonríen en el sueño de un niño. 
 
  + información  
 
 

12 comentarios:

Xavier dijo...

Bellíssimes paraules en “estamos tan lastimados”.
Vides complexes amb una societat totalment convulsa, amors difícils en temps encara mes complicats, guerres , patiment i dolor.
Un bon treball, com sempre.

Marga dijo...

Muy bien documentado, cómo se nota cuánto te apasiona el arte de la literatura.

Consigues contagiar esta pasión, gracias por ello.

Un abrazo

senses and nonsenses dijo...

otro cum laude para usted. qué intensidad de post. no conocía al personaje. un recorrido por su vida y obra completísima y muy interesante.
el amor platónico puede ser igual de intenso...

un abrazo.

Vulcano Lover dijo...

No sabía que Hugo von Hofmannsthal entendía... con lo que me gustan los libretos que hizo para Strauss!!!

Santi dijo...

Ohhh, qué interesante, pedazo novela; me la llevo pa luego, pejota; que como chico de siempre atraido por mayores, creo que me interesa, para estas pequeñas prácticas que me dejan.

Besos apresurados

Champy dijo...

CLAP CLAP CLAP CLAP CLAP....

Y estruendosa y ensordecedora.

Yo no se tu como le haces.... que no trabajas? A que hora estudias y documentas todo esto????

Reverencias sinceras y pronunciadas.

Estamos tan lastimados es exacto para mi último post, y para mi tambien.

2046 besos.

Dandy Golfo dijo...

vidas apasionantes...

...emocionante el post.

salutacions!

Dandy Golfo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mery dijo...

Pe-Jota, como suele ocurrirme al leerte, tengo que retomar este texto, porque de él saco varias visitas obligadas, varios descubrimentos en los que profundizar.
Eres grande, caballero.

Pilar M Clares dijo...

Pues fíjate, siendo poeta-isa, sería capaz con toda seguridad de lo que fuera, no tengo dudas, porque no hay cosa que más me ponga que la palabra poética, lo demás, cuestión de un instante. Y porquoi pas.
De la douceur, de la douceur, de la douceur, ay

Strawberry Roan dijo...

¡Cuánto dolor en esos amores imposibles o tumultuosos! Lo curioso es que su obra sería totalmente diferente o quizás ni siquiera existiría si hubiese nacido 100 años después.

julianen dijo...

te leo tarde pero cuando lo hago es un placer inconmensurable gracias por tus preciosos escritos